Baracoa/Imias. Fuente: Venceremos Digital

El archipiélago cubano, a pesar de su forma alargada y estrecha, posee variaciones notables en el comportamiento del clima en ciertas zonas del país, como hemos visto en otras entregas de Ráfaga 340, cuando conversamos de las temperaturas en las zonas montañosas de Cuba.

Sin embargo, estas diferencias en el comportamiento climático no solo están limitadas a la temperatura: también a la dirección e intensidad de los vientos. De ahí que, por ejemplo, hay zonas más indicadas para la instalación de parques eólicos y también con respecto a las precipitaciones, con áreas más o menos “lluviosas”.

En el caso de las precipitaciones también están influenciadas por la altura del terreno, tanto así que si observamos el mapa de distribución de las lluvias en el periodo 1961-2000, disponible en el Atlas Nacional de Cuba en su edición LX Aniversario, podemos identificar estas zonas montañosas, delimitadas dentro de zonas de grandes acumulados. Entre ellas resalta el norte de la provincia de Guantánamo, como la zona más lluviosa del país en ese periodo.

Mapa de acumulados de lluvias, entre 1961 y 2000, tomado del Atlas Nacional de Cuba, edición LX Aniversario.

 

Según los datos del Anuario Estadístico de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), durante el año 2021 las dos estaciones meteorológicas con mayor número de días con lluvias fueron Jamal (ubicada en el municipio Baracoa) y Palenque de Yateras (municipio Yateras), ambas en Guantánamo, con 177 y 170 días respectivamente; aunque el mayor acumulado anual lo reportó Topes de Collantes con 2252.4 milímetros, en 152 días.

Es evidente que no se puede tomar solo un año para analizar las precipitaciones (tanto en acumulados como en días con lluvias), ya que estas pueden variar notablemente, en función de periodos de sequía, o la influencia en mayor cantidad de sistemas meteorológicos como pudieran ser los ciclones tropicales.

Pero, es interesante que la estación Jamal en 2018 reportó lluvias en 213 días, un 58 % del año, lo que quiere decir que casi 6 de cada 10 días llovió en esa localidad. Si los distribuyéramos uniformemente en el año, algo que no ocurre en la realidad, porque existe un periodo lluvioso y uno poco lluvioso, entonces llovería, al menos un día sí y otro no.

Sí, la altura influye, aunque no determina todo en el caso de las precipitaciones, ya que estas responden a procesos de transporte de humedad, que dependen de la circulación atmosférica a gran escala, no solo lo que ocurre localmente, como el caso de las temperaturas.

Para explicar mejor este proceso, nos ayudaría mencionar que relativamente cerca de esta zona tan lluviosa, coexiste el lugar donde menos llueve en Cuba, al punto de llegar a ser un territorio semiárido o semidesértico, en los municipios de San Antonio del Sur e Imías.

En el mapa siguiente, además de ver las zonas claramente delimitadas: en verde oscuro aquellas muy húmedas y en color naranja las muy secas,  es evidente la cercanía geográfica entre ellas.

Mapa del índice de aridez (fragmento) tomado del Atlas Nacional de Cuba, edición LX Aniversario.

 

La dirección del viento predominante en esa parte del país es del este, aunque oscila entre el nordeste y el sudeste en algunas ocasiones, por lo que la humedad transportada por estos vientos desde el mar llega a la ladera de la montaña, que se conoce como ladera de barlovento (de frente a donde sopla el viento).

En este punto es que influyen las elevaciones, porque fuerzan estos vientos a ascender por sus pendientes, hasta un punto en que la humedad se condensa y precipita (llueve), y continúa luego el desplazamiento de esa masa de aire, ya seca,  por el resto de la zona montañosa para descender por la ladera de sotavento (orientada hacia donde sopla el viento).

Resulta que en el caso que vemos hoy, no se trata de una simple montaña, sino del macizo Nipe-Sagua-Baracoa, el cual se extiende entre las provincias de Holguín y Guantánamo cubriendo el norte y el este de esta región semiárida, a modo de escudo, que retiene esta humedad y produce un régimen de precipitaciones muy escaso.

Hay que aclarar que este proceso ocurre durante gran parte del año, por lo que la lluvia y la humedad en esa zona son muy bajas. Sin embargo, no significa que no llueva nunca, bajo la influencia de condiciones o sistemas meteorológicos determinados, pueden reportarse acumulados importantes, pero esto ocurre en contadas ocasiones en el año.