Luis Arce: "Nos ha tocado devolverles la confianza a los bolivianos"

Llegaba de todo un día de trabajo en la XX Cumbre del ALBA-TCP. Venía directo del Palacio de Convenciones, donde había transcurrido el acto de clausura del evento y la celebración de los 17 años de la Alianza regional impulsada por Fidel y Chávez. Pero el cansancio de la jornada no le hizo renunciar al compromiso adquirido.

Luis Arce Catacora estaba en Cuba por vez primera en calidad de Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia y no quisimos perder la oportunidad de entrevistarlo para la Mesa Redonda. Los buenos oficios del embajador boliviano en La Habana y de la Viceministra de Comunicaciones de ese país hicieron posible el empeño.

Randy Alonso Falcón: Muy buenas noches estimados televidentes, radio oyentes e internautas que nos siguen en esta Mesa Redonda. Es un placer para nosotros tener en esta emisión al Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia Luis Arce Catacora. Bienvenido Presidente.

Luis Arce Catacora: El agradecido soy yo, muy buenas noches.

Randy Alonso Falcón: Bueno, casi sin quitarse el polvo del camino como diría Martí, acaba de salir de una larga sesión de la Cumbre del ALBA y está esta noche con nosotros para compartir esta Mesa Redonda.

Presidente, hace apenas un año usted asumió con la victoria popular contundente, la presidencia del Estado y fue una derrota de las fuerzas populares a los golpistas que intentaron revertir el proceso de cambios y transformaciones en su país.

¿Considera que se ha superado ese peligro del golpe, que las fuerzas extremistas están derrotadas o todavía es necesario seguir avanzando en las transformaciones y en el enfrentamiento a esas fuerzas extremistas de derecha?

Bueno, por supuesto que todavía. Hemos ganado las elecciones, pero no los hemos derrotado, están ahí; y están organizándose, están activándose.

La derecha boliviana tiene conexiones con la derecha internacional, se ha evidenciado luego de todo lo que ha pasado. Al final va revelándose a los ojos de los latinoamericanos lo que ocurrió en realidad en el 2019: intereses internos, pero también intereses extranjeros, económicos y políticos.

Por lo tanto, eso no ha cambiado en un año; por el contrario, ellos están tratando de reagruparse, de reordenarse, de reorganizarse para debilitar, para desgastar al gobierno nacional. Porque ellos no admiten todavía la derrota que han sufrido en las urnas por parte del pueblo boliviano. Fueron cerca de 12 meses que ellos estuvieron manejando el Estado luego del Golpe de Estado del 2019; y los resultados para el país, para la economía, para la salud, para la educación, para las empresas públicas, ha sido nefasto y el pueblo boliviano lo sabe.

Y en este año nos ha tocado a nosotros reconstruir la economía. Nos ha tocado devolverles la confianza a los bolivianos.

Nos ha tocado darle solución a los problemas sanitarios de la pandemia y todos sus derivados.

Nos ha tocado tener que resolver el problema de la educación. El gobierno de facto simplemente se limitó en su año de gobierno a clausurar el año escolar sin dar ninguna opción; es decir, perjudicando a cientos de miles de niños y jóvenes que no podían asistir a clases ni siquiera virtualmente. Resolvimos ese problema nosotros.

Y el tercer tema es la economía, que también hemos asumido el reto y estamos reactivando y estamos superando los indicadores. Yo siempre menciono que cuando llegamos al gobierno, vimos el Producto Interno Bruto boliviano el año pasado y era menos 11 por ciento, (-11%) O sea, en doce meses habían destrozado la economía. Y este año, a septiembre de este año, de acuerdo a los indicadores del Instituto Nacional de Estadística ya estábamos superando el 9% de crecimiento económico; y medido de enero a diciembre, nosotros vamos a estar este año por encima del 5% -cerca del 6, más que cerca del 5-, desde mi cálculo.

¿Y Cuál es la fórmula mágica del economista Luis Arce? Porque llegó como Ministro de Economía a una de las economías más pobres de este continente y la convirtió en una de las de más crecimiento en medio de una situación bien complicada. Ahora regresa como Presidente con, pudiéramos decir, una misión más dura y ha revertido también la situación. ¿Cuál es la fórmula mágica económica de Luis Arce?

Nuestra fórmula mágica se llama Modelo Económico Social Comunitario Productivo, nuestro modelo. Un modelo que nosotros lo hemos hecho los bolivianos, para nuestra economía boliviana, en las aulas universitarias, de nuestra universidad pública, donde hemos desarrollado un modelo que se adapta y que está diseñado para resolver los problemas de nuestras economías.

Mire, nuestro modelo siempre tiene dos aristas: la parte de impulsar la demanda interna, que es fundamental; no se olviden que Bolivia antes del 2006 vivía 20 años de neoliberalismo. El neoliberalismo siempre destruye la demanda interna. El neoliberalismo lo que busca es crecer en base a las exportaciones, esa es su lógica de desarrollo, de crecimiento, dejando de lado muchas cosas que no se aplican a nuestros países, por lo tanto, nosotros lo que hicimos desde el 2006 fue desarrollar el mercado interno, generando transferencia, primero generando riqueza, mayor riqueza, que es redistribuida entre la población por medio de bonos y otras políticas sociales que se aplican para redistribuir el ingreso y con eso se logra levantar la demanda, que es muy importante.

Cuando la demanda de un país, la demanda interna de un país está reprimida, no hay consumo, no hay inversión, que son los dos factores fundamentales de una demanda interna del país. Si la gente no consume, no hay ventas, no hay quien produzca y ahí si viene en la cadena hacia atrás; entonces es lo que hay que impulsar: el consumo de la población mejorando sus ingresos, pero produciendo.

El otro elemento de mejorar la demanda interna es la inversión, en nuestro caso, es la inversión pública la que genera mayor impulso, comparado con la inversión privada por ejemplo, esa es la receta por el lado de la demanda.

Pero por el otro lado, el lado de la producción que ese es otro elemento que un país no puede descuidar. Un país tiene que producir; un país que no produce, se muere, un país que no tiene capacidad de producción o no puede generar capacidad de producción, está condenado a sufrir justamente los peores momentos económicos.

Y eso se genera a través de la agricultura, a través de la industria, a través del turismo, a través de la micro y pequeña empresa y otras actividades productivas. En el caso boliviano, la minería, los hidrocarburos, el litio, en fin. Somos un país felizmente que tenemos muchos recursos naturales; por eso también tenemos muchos intereses extranjeros que ponen los ojos en nuestros recursos naturales, que ponen los ojos en lo que nosotros tenemos. Porque en América Latina conocemos la historia: el capital transnacional, entra a explotar nuestros recursos naturales y se lleva y no nos dejan nada, lo hemos vivido, ya no es una película nueva. Es una película que hemos vivido con diferentes actores en los países, pero exactamente tiene el mismo fin, el fin de la película es que los latinoamericanos en nuestro país nos hemos quedado sin recursos y saqueados.

Por lo tanto, lo que nosotros planteamos es siempre la industrialización de nuestros recursos naturales y esta vez hemos dado para ésta, nuestra gestión, un salto cualitativo.

Nosotros no solamente queremos industrializar nuestros recursos naturales, sino queremos hacer una política de industrialización en Bolivia de todas nuestras materias primas con sustitución de importaciones.

Cuando uno va creciendo en consumo, en las economías empieza a aparecer un fenómeno: la importación. Y nos acostumbramos tanto a importar muchas veces, que perdemos el sentido de poder pensar que podemos producir lo que estamos importando. Y a eso va la industrialización con sustitución de importaciones, que es como siempre digo a los alumnos en la Universidad, ¿no?, que esto es como el Tomo II del Modelo Económico.

El Primer Tomo fue generar las bases económicas para generar esa distribución del ingreso y eso lo hicimos.

Pero vino el Golpe de Estado que destruyó todo nuestro modelo. Inmediatamente la derecha tomó el gobierno boliviano reimplantó el viejo modelo neoliberal; por lo tanto fueron noviembre, diciembre del 2019, enero, febrero, marzo del 2020: cinco meses, que el gobierno aplicó el modelo neoliberal puro en nuestro país con resultados nefastos. Y al terminar estos cinco meses, viene la pandemia. Después de estar en problemas, la economía la entierran; porque claro, la pandemia ha matado el grueso de la economía de muchos países y eso también en Bolivia se ha sentido, pero antes hubo cinco meses de mal manejo.

En el caso boliviano, no solamente fue la pandemia, fue también el retorno del neoliberalismo que devastó la economía nacional, y eso me tocó a mí reconstruir en este año y ahí están los resultados.

Hemos generado una solución al problema de salud, educativo, pero también en lo económico. Creemos que estamos yendo por buen camino, aunque estamos muy conscientes de que todavía nos falta.

Hemos reducido el desempleo, hemos hecho crecer la economía, hemos reducido el déficit fiscal, hemos aumentado más bien, los índices económicos favorables, hemos reducido la pobreza, hemos tenido un superávit en balanza comercial con la política de sustitución de importaciones y la política redistributiva que nos ha tocado hacer.

En fin, por ejemplo, en Bolivia hemos implementado el impuesto a las grandes fortunas, hemos aplicado una devolución de uno de los impuestos, del impuesto al valor agregado, para personas de bajos ingresos. Por lo tanto, esas personas no pagan impuestos en la práctica y la carga tributaria se ha ido a quienes tienen más ingresos, y eso ha permitido una mejor redistribución del ingreso, que permite lo que le mencionaba al principio, aumentar el consumo, la inversión, y todo eso.

 

Arce celebrando el primer año de su gobierno. Foto: Sputnik

Usted señalaba un elemento importantísimo en la transformación de un país, que es la redistribución de la riqueza; pero recuerdo, estuve en el 2017 allá en su país; empezaba la campaña electoral de aquellas elecciones que terminaron en el Golpe de Estado y una de las cosas que me decían, tanto el Presidente Evo, como su vicepresidente Álvaro García Linera, era que se había avanzado mucho en lo económico, se había avanzado mucho en la justicia social; sin embargo, uno de los elementos que había que recuperar era la conexión con los movimientos sociales que apoyan al MAS y a las fuerzas políticas que hoy son parte de su Gobierno.

¿Cómo gobernar para todos?, ¿Cómo llevar adelante la economía sin perder esa conexión con los movimientos sociales, con las bases sociales que apoyan a su gobierno?

Hemos aprendido de esos problemas que hemos tenido. Y hoy por hoy tenemos reuniones periódicas con las organizaciones sociales; yo personalmente estoy visitándolos, no solamente con los dirigentes nacionales, sino reuniones con los dirigentes departamentales. Ese contacto nunca hay que perderlo, está claro eso.

Felizmente desde el área en que yo manejaba, que era el Ministerio de Economía nunca perdí el contacto. Y ahora que me toca estar de Presidente, tampoco quiero perder el contacto, porque esa información es valiosísima.

La información no solamente de las organizaciones sociales, sino del pueblo en general. Cuando uno comparte un plato de comida, cuando uno está en contacto directo con la gente en la calle, uno recibe la información que necesita para poder gobernar.

Usted me va a a ver siempre en contacto con el pueblo. Yo trato de estar allá donde el pueblo está: en los mercados,  en las terminales de buses en fin, en todo lugar donde yo pueda tener contacto directo con la gente.

 Lo vi en medio de una gran manifestación hace, recientemente, popular, en apoyo a su gobierno, por el primer año de la victoria.

Así es. Fue realmente, una marcha histórica, histórica. Histórica por el motivo, y también histórica por la cantidad de gente. Nunca habíamos visto tanta gente junta en una marcha.

Ya desde el inicio se veía eso, porque también era inusual el número de personas que iniciaban la marcha. Y mucho más sorprendente ha sido ver objetivamente el número de gente que llegaba con la marcha.

En nuestro cálculo hemos superado el millón y medio de personas en una marcha, cosa que es absolutamente histórica, sin precedentes en Bolivia.

El presidente boliviano Luis Arce (I) y el expresidente Evo Morales saludan a simpatizantes durante una manifestación en apoyo al gobierno, el 29 de noviembre de 2021 en La Paz. Foto: Aizar RALDES AFP

Creo que son marcas que va dejando su gobierno en el primer año de mandato, pero hay temas por supuesto que trascienden más allá de Bolivia, temas como la integración, la pandemia.  Usted hablaba en la Cumbre del ALBA sobre el tema de la pandemia y cómo se ha enfrentado. ¿Cómo cataloga usted, en este año de gobierno la estrategia que han seguido en Bolivia para enfrentar la pandemia y cómo ve lo que está pasando en el mundo, cuando los llamados han sido a la solidaridad pero parece que lo que está pasando es algo diferente, no?

En Bolivia hemos tenido que resolver prácticamente de cero, el problema de la pandemia. El gobierno de facto solamente se dedicó a hacer cuarentenas, cuarentenas rígidas; es decir, a encerrar a los bolivianos en sus casas. No invirtió en medicinas, no invirtió en oxígeno, no invirtió en nuevas camas de terapia intensiva para aquellos que cayeran; en fin, no hubo una estrategia.

Nosotros implementamos una estrategia que tenía tres partes: la primera era la de hacer pruebas de antígeno nasales rápidas para toda la población boliviana de manera gratuita, porque en el gobierno de facto inclusive se cobraban estas pruebas. Nosotros las hicimos gratuitas, ¿por qué?, porque queríamos identificar a las personas que estaban con la enfermedad para tratarlas, medicarlas oportunamente . Supongamos, en el primer nivel, ya no esperar que lleguen a una situación que ya es muy difícil de poder resolver, cuando las personas están en una situación muy grave de terapia intensiva, donde normalmente ahí, la probabilidad de poder revertir el proceso es muy baja. Primer elemento de nuestra estrategia.

Segundo: Coordinación con los gobiernos sub nacionales, alcaldías, y gobernaciones para que hagan lo suyo; y lo suyo era invertir lo que tenían, en terceros niveles, en camas de terapia intensiva, en la medicación. Nosotros detectábamos y ellos medicaban.

Y el tercer elemento que posteriormente fue el mejor, la mejor estrategia: la vacunación. En ese momento, yo recuerdo, no había vacunas; todas se habían estado comprando por los países desarrollados, se habían concentrado en ellos. Habíamos logrado comprar la vacuna Spuknik, de Rusia, pero después teníamos problemas de que nos la enviaran por todo lo que había ocurrido en este país. Entonces estábamos en ciertas dificultades, tuvimos que tocar puertas de varios otros países que en ese momento tenían la vacuna ya certificada y empezamos poco a poco a vacunar.

Esos tres elementos nos han permitido bajar la tasa de mortalidad de esta enfermedad, de 6 por ciento en la primera ola, administrada por el gobierno de facto, a 2 por ciento en nuestra gestión.

Ha sido realmente importante y, felizmente, en esta tercera ola y en la cuarta esperamos que también nos vaya de la misma manera. Hemos logrado bajar aún más la tasa de mortalidad de esta enfermedad, lo que quiere decir que hay menos bolivianos que se mueren; estamos controlando mejor.

Bolivia hoy está aplicando la tercera dosis a las personas en edad de vacunación y nosotros hemos bajado hasta los cinco años. En Bolivia se vacuna de manera gratuita para toda la población; en nuestro país, por lo tanto, eso reduce enormemente la posibilidad de que la enfermedad pueda prosperar.

Sabemos que es un incremento de la inmunología, que es necesario para combatir eso; así que estamos contentos de los resultados que hemos logrado. Aunque seguimos alertas porque esto cambia, las variantes son múltiples, y ese es el tema que nosotros vemos, que hemos criticado desde Bolivia a los países desarrollados y a los países de las empresas transnacionales que se han dedicado a producir estas vacunas; porque resulta que primero se concentran en los países ricos, olvidándose de países pobres.

Bolivia hizo el esfuerzo de comprar, pero hay otros países que no tienen. Es el caso de los países africanos, por ejemplo, donde, como no hay vacunación, ahí se van reproduciendo variantes y variantes que luego llegan a los países inclusive desarrollados que ya están vacunados, que han invertido su dinero. Por lo tanto, eso demuestra claramente que en este tipo de situaciones la medicina no puede ser una mercancía, uno.

Dos: que no se puede egoístamente pensar que si yo vacuno a mi población porque soy el que tengo la billetera gorda, porque soy rico y puedo vacunar a mi gente, he resuelto el problema de mi país, NO! Esa es una muestra clara de que si no se actúa homogéneamente en todos los países del mundo -lo que implica a países ricos y pobres-, donde se pueda distribuir y aplicar la vacuna, la humanidad no va a poder resolver este tema. Lo estamos viviendo en estas tercera, cuarta olas, las variantes que van apareciendo, en fin, todo ello es producto de que no hemos hecho una aplicación solidaria, universal, con todos los países del planeta; y si no hacemos eso, no vamos a poder resolver este problema.

Los países desarrollados tienen que entender que la forma egoísta en que ellos han intentado resolver el problema en sus países no les sirve mientras el virus esté caminando; no sólo en esos países, sino en todo el mundo. La interacción hace que se generen nuevas variantes y en definitiva igualitos están esos países en riesgo.

Por tanto, hemos criticado esa situación, ese egoísmo y esa falta de criterio que han tenido las transnacionales, que están vendiendo sus vacunas básicamente al mejor postor sin tomar en cuenta que en realidad es un tema social, antes que un problema netamente económico.

Vacunación en Bolivia. Foto: Prensa Latina

Es terrible que se hayan aplicado ya 8 mil millones de dosis y que haya países que no tienen ni siquiera un cinco por ciento de su población con una dosis al menos. La desigualdad y el egoísmo como usted decía no puede ser la solución ante una pandemia que ha agravado la situación de crisis multisistémica del capitalismo.

Frente a eso, ¿qué valor usted le da a los procesos de integración en nuestra región, como el ALBA- TCP y esta Cumbre que acaba de culminar en La Habana? y ¿qué valor tiene esa integración, frente a la otra que nos proponen desde el Norte, a través de la Organización de Estados Americanos?

Nosotros somos muy críticos con todas las instancias donde están los Estados Unidos. La OEA es el peor de los ejemplos. Lo hemos vivido en carne propia, donde el secretario general de la OEA prácticamente se convierte en el detonante para el Golpe de Estado del 2019.

Nosotros queremos una integración de verdad: una integración donde los pueblos sean los que se beneficien de los resultados de ese proceso integrador, antes que las empresas transnacionales o algunos grupos de interés.

El ALBA representa eso para nosotros; por eso hoy mismo planteábamos que hay muchas cosas que se pueden hacer. Propusimos dos: la creación de dos Gran- Nacionales, como diría el comandante Chávez. Esas Gran-Nacionales, una apunta a todo lo que son fármacos y a la biomedicina, y por el otro lado tenemos una Gran-Nacional de producción de alimentos. Porque si algo ha dejado claro la pandemia en el planeta es que en este tipo de situaciones, cuando nos aprieta el zapato, cuando los países reaccionaron como pudieron para poder resolver el tema de la pandemia en cada uno de sus países, no hemos tenido buen éxito, ¿anjá?

Cuando actuamos en conjunto, cuando coordinamos acciones, yo creo que tenemos mejores resultados. Por lo tanto, desde nuestro punto de vista, hay que ver porque estos problemas de biotecnología, de virus que aparezcan, no van a ser desde mi punto de vista, la última vez que ocurran. Y además tenemos que estar todos preparados porque esto del Covid 19 todavía no va a resolverse y mientras no se resuelva eso, la economía no va a poder desenvolverse y desarrollarse como antes.

Entonces, hay que resolver este problema y la mejor manera de hacer eso es aunar esfuerzos para poder hacer esta industria de fármacos; porque todos los países del ALBA dependemos de fármacos importados, cuando tenemos la capacidad de poderlos producir e intercambiar entre nosotros mismos.

Hay medicina tradicional que en los pueblos originarios nuestros, indígenas, la hemos utilizado para combatir exitosamente el Covid, que podemos nosotros socializar, que podemos poner a disposición del mundo; y eso se hace solamente con este tipo de Gran-Nacionales.

Y el otro tema: la pandemia también ha demostrado que en este tipo de situaciones, tiene que garantizarse el alimento para todos los seres del planeta; y eso solamente lo vamos a poder lograr entre nuestros países con una Gran- Nacional a partir del financiamiento que tenga el Banco del ALBA para que todos los países puedan ser autosuficientes en la producción, al menos, de lo mínimo necesario que necesitan para subsistir.

Luego pensaremos en su industrialización, en su comercialización a terceros países; primero, pensemos en la Patria Grande, primero pensemos en los países del ALBA- TCP. Si en esos países no falta la medicina, no falta la salud, y no falta el alimento bueno, yo creo que hemos ganado una gran batalla en estos tiempos, en beneficio de nuestros pueblos.

Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Luis Arce en la XX Cumbre del ALBA. Foto: Omara García/ACN.

Batalla en la que Cuba y Bolivia pueden aportar mucho. Es un placer para la Mesa Redonda seguir conversando con el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia en su primera Visita Oficial a Cuba. Para nosotros su intervención en la Cumbre del ALBA ha sido realmente estremecedora porque vivimos ese momento. Tenemos amigos, médicos, trabajadores de la salud; su disculpa pública a esos trabajadores por lo que ocurrió en su país ha llegado a nuestro pueblo. Su gobierno no tiene absolutamente ninguna culpa; todo lo contrario, fueron los que promovieron la presencia de médicos cubanos y trabajadores de la salud cubanos en Bolivia. Pero a la misma vez también, ha llegado de manera muy sensible al pueblo cubano que su gobierno, aún con las condiciones también complejas que ha tenido que enfrentar Bolivia con la pandemia, haya enviado dos cargamentos solidarios a Cuba en estos últimos meses.

¿Qué significa la solidaridad en su opinión, para esa relación entre dos naciones hermanas, cómo eso se puede ver en esa relación de años, pero ahora consolidada con su gobierno, entre Bolivia y Cuba?

Bueno, con Cuba nos ligan históricos lazos de amistad. Bolivia no es un país rico, no es un país que tenga mucho, pero nosotros entendemos la solidaridad como aquello que lo que tenemos, tenemos que compartir y eso es lo que demuestra el pueblo boliviano con nuestro hermano país de Cuba y con los cubanos que nosotros los estimamos y los queremos mucho  desde hace mucho tiempo atrás.

Nos une la historia, nos une el Che Guevara, nos unen varias cosas de las cuales nosotros estamos muy orgullosos y por supuesto, solidarios también con los pueblos de América Latina; como también en su momento, yo recuerdo el Programa Yo sí Puedo, la Operación Milagro, que viene de Cuba a Bolivia. Y, por supuesto, nosotros somos también solidarios y allá donde podamos, podamos pues mejorar y aumentar estos vínculos de solidaridad entre nuestros pueblos. Nosotros queremos seguir trabajando con Cuba, creemos que tenemos todavía un enorme espacio para poder trabajar.

¿Cuáles serían las potencialidades que quedan por explotar en esa relación bilateral? ¿Hacia donde podemos mirar en el futuro?

Hay varios temas: la agricultura; tenemos nosotros y estamos conversando desde tiempo atrás con las autoridades del gobierno cubano, para poder venir y coadyuvar en la tarea de mejorar y aumentar la producción agropecuaria acá en Cuba.

También hay enormes potencialidades que nosotros vemos que se pueden aprovechar de uno y otro país en este marco del ALBA, en este marco de la integración de nuestro pueblos, así que justamente mañana tengo yo una reunión con el presidente Díaz- Canel y entonces ahí vamos a proponer por ejemplo, el tema de mejorar la comunicación, a través de vuelos de Bolivia hacia nuestra hermana República de Cuba. En fin, queremos también, sabemos que el turismo es un tema fundamental para Cuba y nosotros quisiéramos tener también paquetes para que los bolivianos puedan venir a hacer turismo a Cuba; eso le va a venir bien a los dos.

Hay tantas cosas para explorar, que Bolivia está más que dispuesto a continuar con estos buenos caminos de amistad, de solidaridad, de cooperación y de mutuo beneficio para nuestros pueblos.

Bueno, como sé que hay muchos cubanos que nos van a estar viendo, pues me gustaría entonces su mensaje directamente al pueblo de Cuba.

Muchas gracias. Yo, primero, muy contento de estar nuevamente en esta bella tierra, aquí en Cuba. Primero venía como Ministro, ahora es la primera vez que vengo como Presidente del Estado Plurinacional.

Un gran abrazo, el cariño del pueblo boliviano, la admiración del pueblo boliviano, a ustedes nuestros hermanos cubanos. Y simplemente decirles que aquí estamos para colaborar, para coadyuvar, para seguir trabajando, para engrandecer aún más nuestra Patria Grande, para estrechar aún más nuestras relaciones como dos países hermanos.

Muchísimas gracias más bien, por ese recibimiento, por ese caluroso recibimiento que siempre tenemos cuando estamos aquí en Cuba.

Muchísimas gracias Presidente por su deferencia, por esta entrevista para nuestra Mesa Redonda. Y para irnos contentos, porque la jornada de hoy ha sido extraordinaria, este 14 de diciembre ha marcado sin dudas un lugar especial en esa relación entre nuestros pueblos, vamos a despedirnos con  una música boliviana que le quisiera regalar a los cubanos, y nosotros se las ponemos con imágenes de Bolivia.

(Risa) Bueno, hay varias canciones.

 La que usted le quiera sugerir a los cubanos.

Hay una que siempre cantamos los bolivianos cuando estamos afuera, que es una Cueca ¿no?, una Cueca Tarijeña. La caraqueña, justamente se llama.

 Bueno pues, con la Cueca La caraqueña nos vamos a despedir. Muchísimas gracias a usted y ojalá pues lo tengamos otras veces acá en nuestra Mesa Redonda, que significará que estará otras veces acá en Cuba.

Muchas Gracias, Presidente

No, el agradecido siempre soy yo. Muchas Gracias.

Gracias

 

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