La fecha oficial del 21 de marzo, propuesta del titiritero indio Dadi Pudumjee, fue aprobada en 2002 por Unima y el primer mensaje por la efemérides se expidió en 2003, ganando en popularidad la conmemoración.
Cuba goza de un fuerte movimiento titiritero que se extiende en grupos de teatro por todo el país y con eventos nacionales e internacionales en diferentes provincias, como el Taller Internacional de Títeres de Matanzas (Titim) y el Títeres al Centro, de la ciudad Ciego de Ávila.
Según el experimentado titiritero cubano Armando Morales, fundador del Teatro Nacional de Guiñol, fallecido en 2019, los teatristas de la disciplina que se desempeñan en esta disciplina gozan de gran reconocimiento a nivel internacional.
“Cuando se habla del movimiento titiritero cubano en cualquier país de América Latina, enseguida se reconoce por su calidad. Eso se debe entre otros aspectos a que no hacemos concesiones con el mal gusto, con la moda, con el aspecto económico. No dependemos de una taquilla ni de una contratación para poder vivir”, explicó al portal Cubahora.
“Generalmente, el títere cubano está sostenido en el nombre de artistas que se han sensibilizado y tienen un compromiso con el aspecto creativo”, apuntó Morales, una de las principales figuras de la especialidad en el teatro cubano contemporáneo.
En su opinión, ese trabajo destacado se ve desde el Guiñol de Guantánamo, de Holguín, el de Ciego de Ávila, el de Cienfuegos, los grupos estelares de Matanzas hasta en el Pinar del Río, donde hay gente joven que mantiene el compromiso con el pasado de esa profesión en Cuba.