Obesidad

Las medidas de confinamiento y distanciamiento físico y social han perturbado la naturaleza de nuestra normalidad. Claro está que por preservar la vida y la calidad de la salud de todos más vale mantenernos quietos en base, pese a disgustos y aburrimientos, que vernos contagiados por la Covid-19, o peor aún, ser la causa de que algún ser querido enferme y se agrave.

A nivel mundial, la movilidad ha sentido un fuerte choque, y es así que las rutinas más activas han quedado pausadas por la pandemia, pues en dependencia del estado de contagios, muchos países en ciertos momentos han tenido que limitar hasta incluso la realización de ejercicios dentro de gimnasios como al aire libre, correr, montar bicicleta o realizar caminatas.

El fenómeno del sobrepeso puede haberse visto estimulado en el transcurso de los últimos meses por inactividad física, y el no cesante vicio de comidas chatarras. Este 4 de marzo se celebra el Día Mundial contra la Obesidad, una oportunidad para cambiar rutinas diarias e inclinarse hacia filosofía de vida más sanas, y comidas bajas en azúcares y grasas.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, como si fuera el SARS-CoV-2 en sus inicios, la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial. Expertos estiman que desde 1975 esta enfermedad se haya triplicado, por lo cual, en el 2016, 1900 millones de adultos y 340 millones de niños y adolescentes en el mundo llegaron a padecerla.

A un paso de la obesidad, se sitúan otras complejas patologías como la diabetes, la hipertensión arterial, índices elevados de colesterol y triglicéridos, problemas osteoarticulares y cardiovasculares, apnea del sueño y riesgo de padecer cáncer. Las mujeres lideran el grupo de personas obesas en el mundo, como Estados Unidos y Egipto entre todas las naciones.

Si bien algunos asocian este mal con la capacidad económica, la comunidad científica realmente cree que el alto número de personas con sobrepeso se debe a hábitos alimenticios y la súper guerra publicitaria por mayores compras y consumos de comidas rápidas, más estilos de vida sedentaria agravados en este momento por la pandemia del nuevo coronavirus.

Con tal solo realizar cortas caminatas, pero más a menudo, y otras actividades físicas en sentido general, comer vegetales, frutas, evitar los platos a base de lo frito, llevar los postres a niveles de azucares elevados, es posible lograr un cambio, siempre que la fuerza de la voluntad acompañe a quien realmente decida dar un vuelco a su salud y a la de quienes le rodean.