Carlos Daniel Albornoz

La reciente participación de la principal esperanza del ajedrez cubano en el sector varonil, Carlos Daniel Albornoz, en el torneo Accentus Young Masters, que se jugó en la ciudad suiza de Bad Ragaz, tiene como casi todo en la vida, sus pros y sus contras.

Con la falta de fogueo que por razones conocidas tienen nuestros deportistas en general, y en particular los ajedrecistas, es bienvenida cualquier invitación a un certamen internacional, y por eso se acogió con beneplácito la presencia del cubano en Suiza.

Allí integraría el equipo denominado Resto del Mundo, junto a varios de los mejores trebejistas de futuro del planeta, contra un plantel conformado por jugadores anfitriones. Como era de esperar, la lid se saldó con un triunfo holgado de los primeros.

Pero ahí viene el problema para el nuestro, pues por el bajo coeficiente Elo de la mayoría de los rivales enfrentados, Albornoz cedió ocho puntos de su acumulado previo, a pesar de haber terminado con cinco triunfos, tres tablas y solo par de derrotas.

Su caso no fue aislado, pues varios de sus compañeros de equipo, como el alemán Alexander Donchenko, el ruso Nikita Petrov y el austríaco Andreas Diermair, regresan a sus respectivas casas con menos Elo.

Eso hace pensar que para eventos futuros hay que tomar en cuenta también este aspecto, pues aunque quizás esta fue la excepción, puede haber otros certámenes en los cuales el nuestro tenga que “salir a matar” ronda tras ronda, y ese es un riesgo muy alto.

No lo veo rechazando ninguna oferta, porque las cosas no están para eso, pero sí tendrá entonces que prepararse mucho mejor para no ceder unidades en su coeficiente, que es lo que precisamente provoca que le inviten a lides más importantes.

De momento hay que dar el sí constantemente para hacerse un hueco en la elite mundial, ya habrá momentos en los cuales alguna que otra invitación se rechazará; mientras, hay que afinar la puntería.