Las discóbolas cubanas

Rendimiento que arroja lo siguiente: del total de 17 atletas presentados, seis se incluyeron entre los ocho mejores de sus respectivas pruebas.

Al mundial de atletismo en Doha aún le resta una fecha competitiva, pero Cuba ya culminó su actuación. Una presea de cada color, dos quintos escaños y un octavo redondearon los 30 puntos de nuestra armada, con rendimiento superior al de Londres 2017, cuando solo la pertiguista Yarisley Silva (4.65 metros), pudo colgarse un bronce.

Comencemos entonces por el final. Con el cierre de la posta larga femenina (3:29.84 minutos), que pese a constituir marca de la temporada solo les alcanzó para el escaño 13 entre las 16 cuartetas contendientes cayó el telón para la Mayor de las Antillas.

Rendimiento que arroja lo siguiente: del total de 17 atletas presentados, seis se incluyeron entre los ocho mejores de sus respectivas pruebas.

Cabe destacar que en buena parte de los eventos realizados se estamparon marcas notorias, quebrando incluso récords para los Campeonatos del Mundo y llevando las clasificaciones al límite de exigencia.

Amén de eso pudiéramos decir que de nuestras aspirantes a definición quedaron por debajo de lo esperado la pertiguista Yarisley Silva (4.70-puesto 11), la triplista Liadagmis Povea (14.08-posición 15 en una de sus competencias más pobres de la actual campaña, y la propia joven de 20 años Adriana Rodríguez, quien pese a ser este su estreno en estas citas, quedó por debajo de sus registros, posee 6.70 metros, en el salto de longitud (6.39-escaño 25).

En el plano de lo destacable los performances de las discóbolas Yaimé Pérez (69.17) y Denia Caballero (68.44), bien próxima a sus topes de este 2019 y demostrando que Cuba mantiene su prestigio y tradición en este evento. Todas las miradas estarán sobre ellas de cara a Tokio 2020.

Otro tanto sucederá con Juan Miguel Echevarría (8.34), dueño de bronce y a quien a sus 21 abriles le queda mucho terreno por recorrer. El portento camagüeyano, de seguro aprendió mucho de esta experiencia mundialista y enrumba desde ya a la cita bajo los cinco aros.

Luis Enrique Zayas (2.30) en salto de altura con secuencia impecable y emulando su tope personal; Cristian Nápoles (17.38 cimeros) en el triple, además del novel Jordan Díaz (17.06), la vallista larga Zurian Echevarría (55.03 segundos), y la cuatrocentista Roxana Gómez (51.56 cúspides de este 2019) completan la relación de actuaciones con merecimiento de destaque.

En un contexto del campo y pista universal cada vez más cruento en materia de rivalidades y registros, Cuba intenta resurgir, y hasta cierto punto lo consiguió en Doha, apostando a los eventos de campo, que son los que históricamente nos han dado mayores dividendos.

Una pincelada en ese sentido: en la final de triple salto varonil, cuatro de los ocho finalistas, llevaban la marca registrada de nuestra escuela de saltos.

Hay otros elementos que manejar en torno a este análisis:

Uno bien importante es el diseño de la preparación de nuestros deportistas, algo que desde hace años hemos venido recalcando, de forma tal que sean capaces de emular o aproximarse a sus mejores marcas a la hora cero.

Algo que en Doha, estuvo más cerca de la verdad. El otro elemento va de atemperar los sistemas de entrenamiento con lo que sucede en la élite de cada especialidad. Solo mencionar dos pruebas que nos han llenado de gloria y que hoy día no se acercan al máximo entorno: la jabalina y el lanzamiento del martillo.

Doha ya es agua pasada. Toca entonces perfilar las estrategias de cara a los Olímpicos, y ver si en definitiva luego de culminar las competencias hoy preservamos el puesto 12 por puntos y el décimo en cuanto a preseas.
La despedida, a ritmo de lo más notorio del sábado:

Los siempre atractivos relevos vieron reinar a Estados Unidos (37.10 segundos) en el 4x100 masculino y a sus homólogas jamaicanas (41.44) en el femenino. La bala masculina fue un verdadero rompecorazones. Joe Kovacks (22.91 metros, plusmarca para el certamen), Ryan Crouser (22.90) y Tomas Walsh (22.90), lo dejaron todo y regalaron un excelente duelo.

Yulimar Rojas le regaló a Latinoamérica uno de los mejores perfomances jamás visto en el triple femenino (15.37) que califica como el cuarto registro de todos los tiempos; y en el medio fondo la holandesa Sifan Hassan (3:51.95 minutos) rubricó otra primacía para la justa. Por cierto, las ocho primeras en cruzar la línea de meta lo hicieron con topes anuales o de por vida.

El cierre lo puso otra fuera de serie, la keniana Hellen Obiri (1426.72) dueña de otra plusmarca en los 5 000 metros.
Ya el combustible se agotó. Espere y luego tendrá en CubaSí otro análisis con las incidencias del adiós.