Lectura

Muchas personas piensan que no es posible leer libros cuando difícilmente hay tiempo para tantas obligaciones y responsabilidades de la vida cotidiana, incluidas las lecturas del estudio que se esté cursando.

Verdaderamente sí existe bastante tiempo de lectura y no se necesita tener que hacer grandes cambios en nuestro día a día para lograrlo. Es más, destinando tan solo el 3 % de un día común puede hacerse. En realidad disponemos de demasiado tiempo, y por eso una gran mayoría se ha convertido en especialista para desperdiciarlo sin saber a dónde se fue. Pasan y pasan los días, las semanas y los meses de ese enorme grupo social y todo sigue igual en sus vidas.

ALGO IMPORTANTE EN LOS LIBROS DE NO FICCIÓN

Los libros de no ficción consienten y permiten penetrar en la mente de grandes personajes de la historia y nos brindan una nueva perspectiva, complementando y enriqueciendo las opiniones propias, dándonos sólidos argumentos y cifras para justificar los puntos de vista personales, o para cambiarlos. Un libro es una herramienta capaz de abrir miles de oportunidades que antes no se tenían a mano y enriquecen el pensamiento y puede que hasta los bolsillos. Cuando se lee, se subraya y se repasa un buen libro, jamás se vuelve a ser el mismo. Pero además de ser un manantial inagotable de aprendizaje, la lectura es uno de los mejores ejercicios para mantener en forma el cerebro y las capacidades de la mente, pues esa actividad de leer necesita poner en juego un importante número de procesos mentales, entre los que sobresalen la percepción, la memoria y el razonamiento.

La lectura activa el hemisferio izquierdo del cerebro, el cual se encarga de la capacidad analítica de las personas y de su razonamiento; y eso conlleva a que, por medio de disímiles procesos mentales, la persona que adquiere el hábito de la lectura termina siendo más inteligente.

NO ES DIFÍCIL DE LOGRAR

No es difícil leer muchas páginas todos los días o, dicho de otra manera y para quienes les gusta calcular, se necesitan 278 horas de un año para leer decenas de libros; es lo mismo que requerir 23,1 horas al mes para lograrlo o 47 minutos diarios para leer esos libros.

Según estudios serios, en promedio pasamos 3,5 horas diarias y hasta 3,7 horas durante los fines de semana viendo televisión. Empleamos semanalmente 24,5 horas, lo que equivale a 1 274 horas al año o 53 días completos anuales sentados o acostados frente a un televisor. Con relación a las redes sociales, en promedio se pasan 8,67 horas mensuales exclusivamente en ellas, igual a 104,4 horas al año o un poco más de 4 días totales, o tal vez más, revisando nuestros perfiles en Facebook, Twitter e Instagram.

Efectivamente, sí tenemos tiempo para leer muchos libros al año, solo que estamos utilizando o desperdiciando nuestro tiempo pegados a un televisor o revisando las notificaciones de nuestro celular, lo cual no nos aporta ninguna ganancia personal en lo absoluto. De ahí la frase de que “cuando encienda el televisor, apague el cerebro”, pues la TV es quien piensa y razona por nosotros. Y pobres de quienes destinan esas valiosas horas en ver banales series comerciales de los “paquetes” que se comercializan profusamente.

Por supuesto, esto no quiere decir que se deba vender el televisor y dedicar el 100 % del tiempo a leer libros, pues existen algunos útiles programas y como ejemplo pongo el de los noticieros y alguno que otros más que nos invitan a reflexionar, pensar, razonar y a sacar nuestras conclusiones. La sugerencia es destinar menos de una hora, 47 minutos específicamente, de lo que pasamos frente al televisor, e invertirlo en leer un libro. Hay tiempo de sobra como es el empleado mientras se viaja para ir o venir del trabajo, en determinadas colas, sentado en la mesa del comedor a la hora de las comidas o un rato antes de quedarnos dormidos por la noche.

MÁS BENEFICIOS DE LA LECTURA

Ahora que ya queda claro la importancia de la lectura y de los beneficios que este hábito aporta a nuestra vida, si alguien tiene alguna duda aquí le exponemos algunos otros beneficios. Entre ellos está que cuando se lee se adquiere y sedimenta un valiosísimo hábito o costumbre educativa y se accede a la mente de los autores, personas que son muy inteligentes, y así se está interpretando las ideas, pensamientos y razones de personas exitosas en algún tema en específico; se adquiere mayor conocimiento, pues constantemente se están confrontando diferentes puntos de vista, se corroboran ideas y se definen y aclaran argumentos propios; se pueden asumir emprendimientos gananciosos si se aplica lo aprendido, pues la mayoría de riesgos a asumir se debe al desconocimiento que se tiene sobre determinada materia, pero una vez aprendido algo nuevo, los riesgos irán disminuyendo; se adquiere mayor confianza en uno mismo a la hora de apreciar o escuchar otro criterio, pues se pueden emitir opiniones de una manera más segura y confiada, luego se tienen argumentos y posiciones claras; se puede entender y analizar mejor a otras personas; no solo se será más inteligente, sino que se tendrán criterios para tomar decisiones; y, por último, se aprenderá a ser más eficiente en la manera de invertir el tiempo y, por si fuera poco, se comenzará a rodearse de personas que practiquen los mismos buenos hábitos que uno.

DÓNDE ENCONTRAR BUENOS LIBROS

Se debe visitar una o dos veces al mes la librería más cercana, dedicando algún tiempo a seleccionar libros de nuestro interés o, a través de internet, descargar en “libros gratis” de Google aquellos de evidente utilidad para nuestros intereses para leer en la computadora, tablet o celular, sin distracciones parásitas que nos alejen de esa provechosa lectura.