Organizar actividades variadas facilita pasarla mejor. (CENESEX)

Los pequeños no tienen que sostener las preocupaciones que por estos días llevan los adultos. En lugar de eso, pasan todo el tiempo jugando o contemplando despreocupadamente las pantallas. No por ello se deja de reconocer que también les ha tocado realizar un enorme esfuerzo.

En la vida normal y habitual, la vida de los niños pequeños se basa en la relación con otros niños y niñas, conocer poco a poco al inmenso mundo que los rodea; por eso, estar obligados a mantenerse en casa con su familia desde por tantos días puede parecerles difícil y extraño.

Por otra parte, la desaparición o modificación de sus rutinas diarias puede ocasionar que algunos infantes lleguen a sentirse estresados.

LOS NIÑOS NO SABEN POR QUÉ ESTÁN ASÍ

Los niños pequeños por lo general desconocen cómo lidiar con su ansiedad e intranquilidad. Si a esa situación le sumamos las consecuencias de un entorno caldeado por la actitud de mayores alterados, constantes discusiones… en su pequeño interior pueden volverse más sensibles, irritables y difíciles de lidiar.

Ello puede traducirse, por ejemplo, en una menor tolerancia y mayor frustración cuando en uno de sus juegos las cosas no le salgan bien.

Se deben esperar reacciones exageradas, más berrinches y mala conducta, no porque sean niños malos o malcriados, sino porque en realidad se sienten con poco equilibrio psicológico.

Ante esas situaciones, lo primero es que los padres deben a aprender a dominar la situación y mantener el control.

LA ACTITUD EDUCATIVA IDEAL

La respuesta de los mayores debe ser responder empáticamente ante una mala conducta, y solo después recordarles a esos menores y con el mejor carácter posible, las reglas de conducta y lo que se espera de ellos.

Con los niños pequeños, puede ser de utilidad sentarse juntos en el piso, pues es más fácil compaginar con ellos de esa manera. Pregúntales lo que necesitan en ese momento, se les da un abrazo, un vaso de agua fría o una sabrosa fruta.

Podría parecer extraño responder a una mala conducta con un gesto de apoyo o empatía, pero en este momento los niños necesitan mucho más apoyo y compasión que nunca.

Los mayores pueden pensar en cómo se comportarían con ellos en situaciones especiales, como por ejemplo cuando se encuentran enfermos. Generalmente, en momentos así, se es más paciente y tolerante ante sus quejas y arrebatos porque los mayores saben que no se sienten bien.

La situación no es diferente en estos momentos, pues cuando los niños se encuentran irritables durante una crisis, quieren dar a entender, sin darse cuenta, que necesitan ayuda en ese momento pues está pasando por una mala etapa. 

DESPUÉS DE CALMARSE Y PARA MANTENER LA CALMA

Después que ambas partes se hayan calmado, los adultos pueden intentar que el niño comprenda por qué su conducta no fue la más correcta. Maneras existen muchas. Es si, se deben suavizar los castigos por ahora, pues hay que tener cuidado al disciplinar a los niños con demasiado rigor cuando en momentos particulares como los que se están viviendo.

Con la disciplina se trata de enseñar y sembrar buenas costumbres, así que se puede ayudar a moldear su conducta futura sin privarlos de privilegios ni dándoles castigos síquicos o físicos.

También se puede ayudar a los hijos a liberar su ansiedad de forma positiva. Cada vez que sea posible, se debe dedicar tiempo a escuchar música y bailar con ellos, generar un espacio de diversión.

Esto quiere decir, que se debe garantizar siempre un tiempo para el juego, fundamentalmente creativo y retador de su inteligencia y creatividad.

También jugar con ellos de vez en cuando logra que el niño sienta que los adultos están conectados con ellos y que se les acompaña en esos momentos.

CUIDADO LOS ADULTOS CON ELLOS MISMOS

Los niños captan muy fácilmente las emociones y las preocupaciones de los adultos; por eso se deben dejar de lado las cosas superficiales que causan estrés.

Relájate y discúlpate a ti mismo, pues en estos tiempos es imposible hacerlo todo y conseguirlo todo.

Los adultos deben planificar sobre cosas posibles de hacer para beneficio propio. Y recuerda que adultos y menores están un poco frágiles y nerviosos, o incluso muy nerviosos y esa situación debe intentar resolverse de la mejor y más sana manera posible.