El Presidente de los Consejo de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidió la velada conmemorativa por el segundo aniversario de la desaparición física de Fidel, la cual tuvo por sede a la Universidad de La Habana, donde Fidel reconoció haberse hecho revolucionario y marxista-leninista.
Allí, donde en múltiples ocasiones Fidel acudió para hablarle a los jóvenes de cómo salvar la Revolución, se recordó al eterno Comandante en medio de cantos, décimas y audiovisuales que refuerzan el amor por el líder histórico indiscutible de los cubanos, quien partió a la eternidad el 25 de noviembre de 2016.
El segundo secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas, Ronald Hidalgo Rivera, aludió el compromiso de los jóvenes con la continuidad histórica de la Revolución. Resaltó el legado eterno de Fidel, ilustrado en pasajes históricos de extraordinaria grandeza que no solo hicieron de él un hombre fuera de serie, sino también de su Isla un sitio de talla increíble, donde la esperanza y los sueños se eternizaron para todos y por el bien de todos.
El nombre de Fidel se escuchó emerger de las multitudes, con la misma fuerza de cuando el Gigante asomaba trajeado de verdeolivo en los más insospechados sitios: en las plazas públicas, en las zonas siniestradas, en donde fuera preciso fundar y sacar a la luz la fuerza infinita de la esperanza y la fe.
Fidel estaba allí, en su Universidad, entre los jóvenes, cantando por una Cuba donde la muerte no se concibe para quienes como él se desvivieron por el valor de la vida, la dignidad y la justicia.
Fidel estuvo en los jóvenes, en el arte compartido, en los corazones que le recordaron
