COVID-19: la pandemia no retrocede

La Habana, 14 ene - Desde hace más de un año el mundo vive la pandemia más llamativa de este siglo, y la COVID-19, lejos de mostrar cifras más pequeñas, ha ido aumentando en el número de contagios y en el de fallecidos, hasta llegar al momento actual, en que varios países informan de rebrotes y nuevas cepas más infecciosas.

China, país donde se reportaron los primeros casos (a finales de 2019), llevaba meses reportando estadísticas alentadoras, pero durante los primeros días de enero las autoridades del país han anunciado que luchan por contener el rebrote en tres provincias en las que muchos de los casos son autóctonos y en algunos se desconoce la fuente de infección.

En similares condiciones se encuentran otros países de la zona asiática, pues Malasia ha decretado un estado de emergencia con restricciones de cuarentena, y Corea del Sur, otro de los primeros países en reportar contagios, también ha vivido unos meses con números disparados.

Varios países de Europa han vuelto a tomar medidas de emergencia ante una crisis que no cesa; en España los números no son tan alarmantes como en el mes de octubre, pero en los últimos días se reportan a diario decenas de miles de nuevos positivos en SARS-CoV-2 y cientos de muertes, cifras negativas que superan la de buenas noticias de pacientes vacunados.

En América, Canadá ha prorrogado su cierre de fronteras con Estados Unidos, actual epicentro de la pandemia, que en lo que va de enero de 2021 ha reportado sus cifras más elevadas de muertes diarias.

Brasil, en el sur del continente, se encuentra en una nueva lucha de contención, con medidas rigurosas, luego de que el gigante latinoamericano cerrara el año pasado con casi 300 mil muertes debido a la pandemia.

A todo esto se suman los anuncios de nuevas cepas: una en Japón, diferente a las reportadas en Reino Unido y Sudáfrica, que, a su vez, son diferentes del virus inicial y están siendo estudiadas para medir su nivel de infecciosidad, así como su letalidad.

Cuba no está ajena a esta tendencia, pues luego de que el país anunciara, en noviembre pasado, el paso de la mayoría del territorio a la fase de nueva normalidad pos-COVID-, ha estado reportando en el último mes cifras récords que no paran de subir.

El pico, que comenzó con la entrada al país de casos importados, a raíz de la apertura de las fronteras aéreas, se ha vuelto más pronunciado, y desde hace más de una semana el número de infectados por día alcanza las tres cifras.

Lo curioso en este caso es que los números altos, en efecto, comenzaron a llegar con los viajeros internacionales, pero actualmente son más significativas las cifras de casos autóctonos.

Este tipo de contagio se hizo mayor en la última semana y, ahora mismo, cientos de los nuevos casos son resultado de un incumplimiento de los protocolos establecidos para el aislamiento de los viajeros a su llegada al territorio nacional.

Tanto es así que el día 9 de enero el doctor Francisco Durán, director nacional de Epidemiología, explicó que alrededor del 80 por ciento de los casos diagnosticados en Cuba con COVID-19 están relacionados con dichas violaciones del protocolo para los viajeros.

Durante la conferencia de prensa diaria sobre la situación epidemiológica del país por la incidencia del SARS-CoV-2, el directivo señaló que la situación se ha complejizado por las indisciplinas cometidas durante las fiestas de fin de año.

Otro número que ha subido es el de pacientes cuya fuente de infección no se pudo determinar en el momento del diagnóstico.

Si bien hasta el momento el número nunca ha sido mayor que el de importados e introducidos, en estos últimos días hemos visto cómo una cantidad considerable de positivos en SARS-CoV-2 no han podido determinar su fuente de contagio.

El rebrote en Cuba se veía venir, pero también, desde los picos anteriores de la enfermedad se advirtió que cualquier número probable se podría modular con disciplina; los cubanos viven hoy en carne propia lo que sucede si se olvida el control: ya no se está hablando de 500 casos en un país distante, sino que la cifra duele aquí, de cerca.