Bruno Rodríguez, ministro de Relaciones Exteriores

Este jueves, Bruno Rodríguez, ministro de Relaciones Exteriores presentará el Informe de Cuba sobre el impacto ocasionado por la política de bloqueo de Estados Unidos durante el último año, aunque este sistema de agresión es tan largo como la historia de la Revolución, y constituye el mayor obstáculo para el desarrollo de la nación caribeña.

 Esta política es la más prolongada de su tipo que se conoce en la historia moderna y ha sido condenada decenas de veces  por la Organización de las Naciones Unidas, porque argumentan -€“con total razón- que es un lastre para el país caribeño.

El objetivo de asfixiar a la economía cubana estaba claro desde el primer momento, y este fin siguió estando presente durante años, siempre utilizado como una maniobra de todo tipo de los gobernantes estadounidense para inmiscuirse en asuntos exteriores o, como en el último año, para ganar votantes.

Desde que comenzó el mandato de Donald Trump las sanciones a Cuba han ido aumentando y este 2020, año de elecciones, ha estado marcado por una serie de medidas unilaterales que buscan asfixiar la economía cubana, ya en peligro por la crisis causada por la COVID-19.

El grupo de acciones y amenazas tiene como principal objetivo ganar votantes, sobre todo en la Florida, uno de los estados pendulares, decisivo por su población latina y dentro de esta la cubana, un nicho en el que el actual presidente espera ganar simpatías.

EE.UU. recrudece el bloqueo de manera brutal. Al ritmo de casi una medida por semana, intenta estrangular nuestra economía. Su política hostil y agresiva contra Cuba daña a todo nuestro pueblo y a los cubanos que residen en ese país y en cualquier otra nación del planeta€, señaló recientemente el canciller cubano.

Las decenas de  medidas anunciadas por el presidente Trump en 2020 se suman a cientos de hechos similares con las que Cuba ha tenido que lidiar durante años, y la lista, que sigue creciendo, solo demuestra, hasta ahora, su propia ineficacia, pues han sido los ciudadanos de ambos países y alguno de terceros, los más afectados con estas, más ahora que el mundo vive una pandemia.

Durante años la mayor de las Antillas se ha visto impedida de registrar marcas, de conseguir implementos médicos o necesarios para la formación vocacional, de adquirir medicamentos, equipos, envases o alimentos en mercados más cercanos o de hacer negocios con posibles socios.

Las autoridades cubanas, por su parte, seguirán buscando soluciones, como se ha hecho durante 60 años, y la salud, la educación y las garantías de una vida digna para el pueblo se mantendrán, sin importar qué medidas se sumen a una lista que es también una demostración de las malas intenciones del vecino del norte.