Facilitada por el gobierno estadounidense, a través de la CIA, la operación fue llevada a cabo entre el 26 de diciembre de 1960 y el 23 de octubre de 1962. Foto: Archivo

“Peter Pan fue una maniobra de publicidad cínica que habría sido envidiada por el propio Goebbels, el ministro de propaganda nazi”.

Fidel (2009)

El 26 de octubre de 1960 comenzó una de las campañas ideológicas más crueles y tenebrosas en el contexto de la Guerra Fría contra la Revolución Cubana. A las 8:00 p.m., a través de las ondas de la emisora Radio Cuba Libre (Radio Swan), el Programa Noticiero para el Caribe a cargo de Francisco Gutiérrez, rodó por primera vez este mensaje:

“¡Madre cubana, escucha esto!, la próxima ley del gobierno será quitarte a tus hijos desde los cinco años hasta los 18 años. ¡Madre cubana, no te dejes quitar a tu hijo! Es la nueva ley del gobierno (...), cuando esto ocurra serán unos monstruos del materialismo. Fidel se va a convertir en la madre suprema de Cuba”.

Durante varios meses, de forma reiterada transmitieron este y otros mensajes similares, como “¡Atención cubano! Ve a la iglesia y sigue las orientaciones del Clero”.

La campaña que dio paso a la Operación Peter Pan surgió en el otoño de 1960 en el contexto de la creación, en Miami, del Programa para Niños Refugiados Cubanos sin acompañantes como proyecto inicial, mientras que la Operación Mangosta surgiría poco después con un mayor nivel de especialización en las formas y métodos a desarrollar.

Facilitada por el gobierno estadounidense, a través de la CIA, la operación, llevada a cabo entre el 26 de diciembre de 1960 y el 23 de octubre de 1962, sembró el terror en determinados sectores de la sociedad cubana mediante la campaña sobre la pérdida de la patria potestad.

“Cada uno de los 14 mil niños involucrados en el drama siguieron su traumático camino. Procedían fundamentalmente de las capas medias de la población. No eran hijos de terratenientes ni de grandes burgueses, no había por qué arrastrarlos a ese drama. En aquel entonces existía una embajada yanki, que otorgaba los permisos para entrar en Estados Unidos. Los correspondientes a los niños de Peter Pan, los enviaban en paquetes que después se llenaban en Cuba con los nombres de los pequeños. Ninguno de los niños necesitaba ser salvado”, reflexionó Fidel en 2009.

Operación Peter Pan. Foto: Archivo.

 

Además de los mensajes radiales, redactaron una falsa Ley de la Patria Potestad, supuestamente emitida por el gobierno cubano, que sería distribuida clandestinamente entre la población. El texto de esta ley espuria fue redactado en Estados Unidos e introducido en la Isla por el agente principal de la CIA en Cuba, José Pujals Mederos. Según reconoció años después Ángel Fernández Varela, también agente de la CIA, él fue una de las personas responsables de la redacción de esta ley.

La falsa ley, supuestamente firmada por Fidel y Dorticós, decía: “Artículo uno: Se derogan los capítulos 1, 2, 3, 4, y 5 y el Título Siete que regulan las instituciones de la Patria Potestad y la adopción, quedando vigente el Código Civil y derogados totalmente los artículos 154 al 180... Artículo 3: A partir de la vigencia de la presente ley, la patria potestad de las personas menores de 20 años será ejercida por el Estado a través de las personas u organizaciones en el cual se delegue esta facultad”.

A fines de mayo de 2009, escribió Fidel, Álvaro F. Fernández, hijo de Fernández Varela, contó en la revista digital Progreso Semanal que “…unos años antes de su muerte en Miami, mi padre nos reunió en presencia de mi madre, mi hermana María, su esposo y yo, nos dijo que él había sido una de las personas responsables de redactar la falsa Ley que provocó la histeria de la ‘eliminación de la patria potestad’. Por eso es que sé, sin la sombra de una duda, que la Operación Pedro Pan fue una siniestra jugada de inmoralidad diseñada y soñada por la CIA antes de la invasión de Bahía de Cochinos…”

Según escribió Ricardo Alarcón en la introducción del  libro “Operación Peter Pan, un caso de guerra psicológica contra Cuba”: “La burda patraña, según la cual el gobierno revolucionario iba a quitarles los hijos a sus padres, privándoles de la patria potestad, fue echada a circular por la CIA y la contrarrevolución después que las autoridades revolucionarias llevaban varios meses haciendo, precisamente, lo contrario: la Ley 797 del 20 de mayo de 1960 había facultado al Ministerio de Justicia para que, en forma totalmente gratuita, realizara inscripciones y transcripciones de nacimientos y celebrase matrimonios que antes no se habían efectuado legalmente”.

este juego mediático de guerra sicológica se prestaron representantes en Cuba de Diario de la Marina, Prensa Libre y Avance. En el extranjero lo hicieron La Voz de los Estados Unidos de América, emisora oficial de ese país, y Radio Swan, todos orientados y financiados con fondos de la CIA.

El libro también recoge aquellos inicios así: “Los agentes cubanos de la Seguridad del Estado, Sergio Fernández (agente Félix) y Oscar Madruga (agente Julito), —activos contrarrevolucionarios en esos años— señalaron que en la impresión y distribución de propaganda sobre la patria potestad participó, junto a algunos eclesiásticos de la Iglesia Católica, una coalición de cinco organizaciones contrarrevolucionarias aliadas a la democracia cristiana. También estuvieron involucrados a esta actividad bandas de alzados en el Escambray”.

Como dato curioso vale recordar que al ser descubierto el lugar por las autoridades, junto con la ley se ocuparon fotos y textos pornográficos de bajo costo propios de las llamadas novelas de relajo de la época, negocio al que se dedicaban los dueños de la imprenta cuando no estaban ocupados en la impresión de propaganda contrarrevolucionaria.

 Como consecuencia, alrededor de 14 000 menores viajaron desde 1960 y hasta 1962, en que presuntamente culminó la Operación. Foto: Archivo.

“Quienes diseminaron la mendaz calumnia dentro del país, habían contemplado sin chistar una sociedad en la que para una parte sustancial de la población, sumida en la mayor miseria,  esa posibilidad jamás existió y habían convivido, en gozosa y pastoral armonía, con gobernantes corruptos que nada hicieron para resolver el drama de muchas familias cubanas.”

Ricardo Alarcón

“Recuerdo cuando fui a despedir a mi hermano al aeropuerto, era un niño, de siete años de edad, recuerdo su mirada cuando se despedía, la cara de mi madre que pretendía hacer parecer que no pasaba nada. Yo no tenía conciencia entonces que nunca más iba a volver a ver a mi hermano vivo, aquella fue la última imagen de mi hermano”, así cuenta un pedazo de su historia personal la cineasta cubana, Marina Ochoa, en el documental Never ever Peter Pan.

La otra parte de la operación fue la creación de condiciones por la embajada estadounidense en La Habana para los trámites de visas especiales y la salida de vuelos con los niños enviados a un destino incierto en los Estados Unidos, donde fueron ubicados en casas e instituciones de acogida organizadas por las autoridades con la complicidad de sectores reaccionarios del clero nacional y de Miami.

Foto: Archivo.

 

El proyecto inicial de la Operación Peter Pan fue elaborado por el sacerdote católico de Miami y director ejecutivo de Catholic Welfare Bureau, Bryan O. Walsh y por el entonces director de la Ruston Academy en La Habana, el norteamericano James Baker. Consistió en la obtención de visas norteamericanas (I-20) para estudiantes, por lo que resultaba necesario encontrar un centro educacional, en Estados Unidos, que certificara la admisión de los jóvenes cubanos.

Walsh, contó Fidel, fue condecorado post mortem en 2009 por su “proeza” con la Operación Peter Pan. “Había declarado hace años que recibió llamadas telefónicas para el inicio de la operación y coordinó con la CIA”.

Durante el desarrollo de la Operación varias embajadas extranjeras jugaron un papel fundamental en la misma, no sólo poniendo a disposición de las redes de la CIA los medios propios de los canales diplomáticos para trasmitir recíprocamente la información de inteligencia que circulaba a través de ellos, sino que incluso muchos de estos diplomáticos recurrieron a Grau para que les resolviera visados especiales para amigos, familiares y empleados de dichas sedes.

Como consecuencia, alrededor de 14 000 menores viajaron desde 1960 y hasta 1962, en que presuntamente culminó la Operación, según informaciones aportadas por participantes en ese programa. Un inédito secuestro masivo de infantes  hace 60 años del que habrá que seguir contando detalles y recuerdos en Cubadebate.

A este juego mediático de guerra sicológica se prestaron representantes en Cuba de Diario de la Marina, Prensa Libre y Avance. Foto: Archivo.