Vive José Martí a 125 años de su caída en combate

Este 19 de mayo vive José Martí, Héroe Nacional de Cuba, con su sentir “Patria es humanidad”, en la actuación de su pueblo que contribuye a salvar vidas en 59 naciones del orbe.

Una alegría especial disfrutó el 28 de enero de 1853, el joven matrimonio que ocupaba una humilde casa de la Alameda de Paula, en La Habana, Cuba. Les nació su hijo primogénito como tierno fruto del amor que ambos cultivaban.

Lejos estaban de imaginar Leonor Pérez y Mariano Martí cuán azarosa y digna sería la vida que vio la luz por vez primera aquel día curiosamente sin sol. Desde sus pasos iniciales, de la mano de la madre, José Julián disfrutó de forma especial los olores y el verdor de la vegetación, al transitar por la Alameda de Paula.

Otro tanto acontece unos pocos años después cuando le escribe a la madre desde Hanabana donde acompaña al padre, recto y noble a la vez.

En cada línea transpira veneración por su progenitora y amor por la naturaleza de los campos de la mayor de las Antillas.

Más adelante, conducido por su maestro y padre espiritual Rafael María de Mendive, aprende Martí a aquilatar cuánto sufrían los buenos cubanos por el desgobierno y la explotación de la metrópoli española.

Su adolescencia está asignada por el alzamiento de la Demajagua, hecho que cristalizaría la nacionalidad cubana, al calor del cual se fragua su enardecido patriotismo.

Solo 16 años tiene José Julián cuando se convierte en protagonista de un drama similar al de su épico personaje Abdala y, como aquel, es capaz de arriesgar todo en pos de la Patria amada.

Desde entonces y para siempre llevará en el alma el dolor profundo de ser hijo de un pueblo esclavo. Su meticulosa organización del Partido Revolucionario Cubano para contribuir a fraguar la unidad de los cubanos con vista a la Guerra Necesaria, sus más hermosas páginas periodísticas y literarias, especialmente desde el emblemático periódico Patria, la encendida oratoria independentista y su actuación consecuente, muestran con creces a un ser humano que se agigantó al renunciar a placeres y bienestar, para entregarse a Cuba, a la que considera como la suma de cada uno de sus amores.

La libertad de Cuba se convierte en una especie de peculiar obsesión y constituye el más significativo leiv motiv de la vida y obra de un hombre que se elevó en vida a la cúspide más alta, cuando en simbólico desagravio y justo reconocimiento Máximo Gómez y Antonio Maceo, colocaron sobre sus dignos hombros el grado de mayor general del Ejército Libertador.

Su más heroica entrega fue la que ofrendó a la historia de Cuba, el 19 de mayo de 1895, cuando cumpliendo su deber, cayó de cara al sol en brazos de la Patria agradecida, combatiendo en medio de la guerra breve y generosa, promovida y liderada por él.

Todas esas motivaciones nos asisten a los cubanos actuales para continuar fieles a su ejemplo y repudiar enérgicamente que otros con balas asesinas y manifestaciones terroristas, intenten profanar su imagen.

Sin dudas, el Apóstol de la independencia de Cuba vive desde que renació en la Generación del Centenario con la Revolución triunfante, martiana y fidelista que hoy, desde la mayor de las Antillas, ilumina a la humanidad liderando el actual combate universal por la vida.