Durante los tres meses en Turín, los especialistas cubanos realizaron más de cuatro mil 300 prestaciones. Foto: Juventus/Twitter

La Brigada de médicos cubanos Henry Reeve le viene ganando por goleada a sus detractores. Ahora con un inesperado aliado, Cristiano Ronaldo. Pero además con la Juventus como padrino futbolístico. Italia no olvidará jamás a los profesionales que llegaron desde la isla para salvar vidas. CR7 parece que tampoco. Le regaló a cada uno de los 38 trabajadores de la salud que se desempeñaron en Turín contra el COVID-19 la camiseta bianconera autografiada de la Vecchia Signora. Un gesto que la prensa internacional destacó o elogió de modo unánime.

La política del asedio constante que practica Estados Unidos sigue juntando derrotas diplomáticas. Ya no es solo eso. También queda en ridículo. Sus jugadores no la ven ni cuadrada. Esta vez tres de sus delanteros más agresivos le pifiaron a la pelota ante el arco vacío. Son los senadores republicanos Rick Scott, Marco Rubio y Ted Cruz que presentaron un proyecto de ley para castigar a los países que contraten misiones médicas cubanas. Con su vara inquisidora se permiten considerarlos cómplices de la trata de personas. Eso quiere decir que la propia Italia se expone al correctivo.

Los tanos y tanas se les rieron en la cara. Chiara Appendino, la alcadesa de Turín –donde tiene su sede la Juve– le agradeció al embajador cubano José Carlos Rodríguez la colaboración prestada. El canciller Luigi Di Maio ya había tenido un gesto semejante en abril. Otro tanto había hecho en ese momento la ministra de la Administración Pública italiana Fabiana Dadone, quien calificó de “extraordinario ejemplo de solidaridad” al de la misión cubana.

La cantante Laura Pausini se deshizo en elogios hacia la brigada Henry Reeve, que sigue recogiendo apoyos para postularse al Premio Nobel de la Paz 2021. El último reconocimiento acaba de hacerlo Juventus con su principal figura. CR7 colgó la pelota de un ángulo y dejó desparramado por el suelo al rechoncho secretario de Estado Mike Pompeo, uno de los críticos más ácidos de las misiones cubanas.

Las camisetas con el número 7 del inminente campeón de la Liga italiana no pudieron ser entregadas en mano por Cristiano. El protocolo sanitario lo impidió, pero los 38 médicos cubanos posaron orgullosos con sus regalos. Según información de medios cubanos, los profesionales ya atendieron durante la pandemia a más de 162 000 enfermos de coronavirus, le salvaron la vida a más de 5 000 y cumplen tareas en más de treinta países.

La paradoja de EE.UU. que pretende destruir la red de solidaridad cubana es que la célebre brigada lleva el nombre de un estadounidense. Reeve fue un voluntario que viajó en la década de 1860 para sumarse a la lucha por la indepedencia de la isla contra el imperio español. Con tan solo 26 años cayó en combate. Había sido un internacionalista como los médicos que su país pretende erradicar hoy de la faz de la tierra.

Pero Estados Unidos no contaba con que Cristiano Ronaldo y la Juventus salieran en su defensa. El poderoso club de la aristocrática familia Agnelli. La diplomacia del fútbol por ahora le gana el partido a la Casa Blanca.

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(Tomado de Página12)