Desempolvando una entrevista a Elián González

En el archivo de un periodista hay entrevistas que no caducan, que, al escucharlas luego de un tiempo sin hacerlo, despiertan las emociones como la primera vez.

Hace 5 años cuando aún era estudiante de Periodismo, para una tarea de clases, le pedí a mi único amigo famoso que me respondiera unas preguntas. Fue como una de nuestras tantas charlas, que bajo los frondosos árboles de la Universidad de Matanzas acostumbrábamos a sostener, por eso no hubo nervios, más bien varias veces nos interrumpieron porque nadie creía que allí estuviésemos realizando una entrevista.

Hoy ese amigo famoso pero sencillo, Elián González Brotóns cumple 26 años, las repuestas a mi cuestionario constituyen los principios y esencias de su vida.

“Soy un tanto tímido, cohibido. Pararme en un lugar y saber que todo el mundo me mira, que soy el centro de atención no es algo a lo que me acostumbre fácilmente”.

El caso de Elián González se convirtió en campaña mediática

El rostro de un niño de 5 años, casi 6, con la mirada perdida sobre una camilla, la voz de Elián pidiéndole a un avión que lo llevara a Cuba, el inocente rodeado de juguetes de todos los tamaños y formas, las abuelas llorando a su regreso de Estados Unidos por el cambio de su pequeño nieto, un padre desesperado y atónito por la reacción de su familia en Miami, la noche del rescate, Fidel al frente de la batalla, son imágenes que calaron hondo en la memoria del pueblo cubano. Fueron 7 meses de incesante batalla que unió a los cubanos contra el enemigo histórico durante la crisis más larga y profunda luego de la Revolución, el periodo especial.

Marcha por el regreso de Elián

Al preguntarle qué significa Fidel en la vida de Elián me responde con una frase que al escucharla repentinamente sé que se merece el título de la entrevista.

“No practico ninguna religión, pero de hacerlo mi Dios sería Fidel Castro”.

Fidel Castro y Elián González

Elián recuerda que en otra entrevista respondió que Fidel era el timonel de un barco, que siempre sabía guiar al pueblo de Cuba por un buen camino y que nadie cómo había intermediado tanto por la paz mundial.

De haberse quedado en Estados Unidos comenta Elián hubiese sido un artista, “esa era la manera para seguir sacándome dinero”.

“Nunca le he reprochado a mi padre su regreso a Cuba”, dice Elián.

“Fue lo más sabio, una decisión siguiendo sus ideales, también en respuesta a la confianza que en él depositó Fidel y todo el pueblo de Cuba. Demostró que nosotros los cubanos somos personas dignas, honradas que no nos compramos por dinero, se le ofreció mucho dinero, incluso cheques en blanco y él se rehusó.

“No se puede decir incluso, que regresó porque quedaba parte de su familia ya que se consultó con él que si su decisión era quedarse en EEUU se realizarían todos los trámites, hasta a la cotorra si era necesario se iba con nosotros”.

Elián desciende junto a su padre la escalerilla del avión en el Aeropuerto de La Habana

Ni por un segundo Elián duda en la acertada decisión de Juan Miguel: “Si lo que él quería era bienestar para mí, sabía que él mejor lugar para mí era Cuba”.
Para mí, Elián no era un desconocido, era un compañero eventual de juegos infantiles.

Desde entonces fue el símbolo, el que movilizó a millones de cubanos, el pionero de 12 años de edad al que el Comandante llamó su amigo.

20 años después el joven Ingeniero Industrial camina por las calles de Cárdenas, allí vive y trabaja. Las personas le piden fotos, autógrafos, le hacen preguntas y él siempre atiende a todos.

Se percibe que de las cosas que más disfruta es de la compañía de sus seres queridos. Él es más que el balserito cubano; es el hijo primogénito colaborativo, el hermano protector, el trabajador responsable, el amigo chistoso, el nieto de Mariela y Juanito que no para de reír con las ocurrencias de sus abuelos, el que nunca dice no puedo.

Disfrutar de esa cotidianidad en la Isla, se lo debe al pueblo de Cuba, a muchos norteamericanos dignos, pero en especial a Fidel.

Si su conexión es lenta puede escuchar esta versión y, si lo desea, descargarlo aquí.