Imagen alegórica al desarrollo sostenible

Cuba es el único país del mundo con desarrollo sostenible, según el informe bianual presentado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) el martes en Pekín, y que señala que el ecosistema “se está degradando a un ritmo sin precedentes en la historia”.

No significa que Cuba sea un país perfecto, pero sí que es el que cumple las condiciones.

De acuerdo con el informe, que WWF elabora cada dos años y, por primera vez, se presentó en la capital china, si las cosas siguen como en la actualidad, hacia 2050 la humanidad necesitaría consumir los recursos naturales y la energía equivalentes a dos planetas Tierra.

Se trata de un círculo vicioso: los países pobres producen un daño per cápita a la naturaleza mucho menor, pero a medida que se van desarrollando, y en esta tesitura están China o la India, el índice va aumentando a niveles insostenibles por el planeta.

La “huella ecológica”

WWF ha elaborado en su informe un gráfico en el que sobrepone dos variables: el índice de desarrollo humano (establecido por la ONU) y la llamada “huella ecológica”, que señala la energía y recursos por persona que se consumen en cada país.

Sorprendentemente, sólo Cuba tiene en ambos casos niveles suficientes que le permiten ser designado un país que “cumple los criterios mínimos para la sensibilidad”.

El ecosistema se está degradando a un ritmo sin precedentes en la historia.

“No significa, por supuesto, que Cuba sea un país perfecto, pero sí que es el que cumple las condiciones”, destacó Jonathan Loh, uno de los autores del estudio.

Cuba alcanza un buen nivel de desarrollo según la ONU, gracias a su alto nivel de alfabetización y una esperanza de vida bastante alta, mientras que su huella ecológica no es grande al ser un país con bajo consumo de energía”, añadió Loh, quien presentó el estudio en Pekín.

De hecho, la región latinoamericana en general parece ser la que se encuentra más cerca de la sostenibilidad, ya que otros países como Brasil o México están cerca de los mínimos necesarios, frente a la situación de regiones como África (con bajo consumo energético pero muy subdesarrollada) o Europa, donde se da el caso inverso.

“No sé exactamente a qué se debe este hecho (la buena situación de Latinoamérica), pero sí se puede dar uno cuenta que es allí donde la gente parece más feliz, y quizá se deba a un mayor equilibrio entre desarrollo y medio ambiente”, aseguró el autor del estudio.

Desciende el número de vertebrados

Pese a las buenas vibraciones transmitidas por el bloque latino, la situación global que pinta el informe de WWF es desalentadora: por ejemplo, el número de especies de animales vertebrados ha descendido un 30 por ciento en los últimos 33 años.

En Latinoamérica, la gente parece más feliz y quizá se deba a un mayor equilibrio entre desarrollo y medio ambiente.

La huella que deja el hombre es tal que “se consumen recursos en un tiempo muy rápido, que impide a la Tierra recuperarlos”, destacó el director general de WWF, James Leape, quien también participó en la presentación del informe en Pekín.

La “huella ecológica” del hombre, su consumo de recursos, se ha triplicado según WWF entre 1961 y 2003, por lo que el ser humano ya impacta en el planeta un 25 por ciento más de lo que el proceso regenerativo natural de la Tierra puede admitir.

Hay además un empeoramiento de la situación, a pesar de esfuerzos como el Protocolo de Kioto para intentar arreglarla: en el anterior informe de WWF, publicado en 2004, el impacto del hombre sobrepasaba en un 21 por ciento a la capacidad regeneradora del planeta.