Premundial sub-23: Propósito cumplido y mirada objetiva

También habrá que destacar la labor del cuerpo de lanzadores, capaz de dar tres lechadas, casi un juego perfecto incluido, y permitir solo 14 carreras, la mitad de ellas sucias.

Cuando se hable del rendimiento de Cuba en el recién finalizado Premundial sub-23 habrá que ponderar primeramente su clasificación, y luego el segundo lugar alcanzado, algo que en el recuerdo estaba bien distante para nuestro béisbol en disímiles categorías…

También habrá que destacar la labor del cuerpo de lanzadores, capaz de dar tres lechadas, casi un juego perfecto incluido, y permitir solo 14 carreras, la mitad de ellas sucias. Eso sí, sin demeritar, varios de los elencos enfrentados eran cualitativamente inferiores a los dirigidos por Eriel Sánchez.

Para ser consecuentes con los últimos rendimientos del elenco élite devino el pitcheo el mejor indicador de juego antillano. Baste recordar la actuación precedente de una armada de la Mayor de las Antillas en una lid similar: hace dos años, bajo la égida de Ariel Pestano, los serpentineros que nos representaron fueron bateados a placer, y apenas se materializó un éxito ante equipos de calibre entonces.

Del actual staff, nombres como los de Yosimar Cousín, Andy Rodríguez y Brayan Chi, incluso puede que integren el staff al preolímpico de Arizona. Junto a ellos incursionaron en Honduras y Nicaragua con actuaciones loables Pablo Luis Guillén, Jonathan Carbó y Yankiel Mauri.

Madero en ristre, independientemente de compilar de forma colectiva para 391 de average en la ronda preliminar, cuando el nivel de exigencia aumentó disminuyó el calibre ofensivo. Si algo tuvo destacable el line up cubano, fue hallar la fórmula de eficiencia para anotar en momentos claves, como las conexiones oportunas en la remontada ante República Dominicana y la posibilidad de aprovechar al descontrolado pitcheo de Venezuela.

Sin embargo, recibimos 14 ceros por parte del cuerpo de lanzadores nicaragüense, en una maniobra del timonel Sandor Guido de colocarnos en rol de abridores en par de ocasiones, a pítchers que la mayor parte de su carrera o ruta en la lid incluso lo han hecho como relevistas.

Como calco de lo que sucede en la armada élite careció esta novena de un slugger, alguien capaz de remolcar con el poder de sus muñecas o un largo fly de sacrificio a la hora cero.

En su composición este elenco, si bien es bastante serio posición por posición, con efectivos de performances destacables en la recién finalizada Serie Nacional y en los más recientes certámenes sub-23, posee en su mayoría bateadores de tacto, chocadores de bola y no con ese elevado calibre en sus muñecas.

De cara al Mundial de octubre, el grueso de la actual nómina de seguro repetirá. Será un medidor importante para colarse en el plantel o ser sustituido, lo que sean capaces de hacer estos muchachos en el venidero clásico doméstico de las bolas y los strikes.

Por ahora toca profundizar en los análisis y pensar en grande para la segunda parte, mucho más rigurosa, por cierto, de esta película beisbolera. Volverle el rostro asimismo a la defensa, que, si bien no se comportó de forma negativa, pudo ser más certera en determinadas situaciones de juego cruciales.

Eriel Sánchez, en su debut internacional al frente de una armada, cumplió con sus vaticinios de clasificar y discutir el título. Solo que persiste el sinsabor de no poder acariciar un título. Uno que llevamos sobre nuestros hombros desde que Rey Vicente Anglada y sus huestes se impusieron en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007.

Además, está el hecho de ser derrotados en par de ocasiones, y maniatados a 14 entradas sin pisar el home plate, por un mismo conjunto, los pinoleros en este caso. Cuestión inédita en nuestra pelota. Tocará seguir soñando, creyendo que es posible, y lo más importante: salir a los diamantes a demostrarlo.