Dentro de un cuadrilátero parece burlarse del contrario, ese que no ve sino solo su sombra y los guantes que con facilidad le pegan. Él boxea y haciéndolo triunfa con un estilo peculiar basado en esquivar los golpes del rival con profusas habilidades.
Así, mostrando mucha pericia y maestría, Julio César la Cruz es tetracampeón mundial y actual oro olímpico, resultados que lo avalan como el más exitoso de los púgiles semipesados en la historia del boxeo cubano.
A finales de 2018, tras ganar por décima ocasión consecutiva el Torneo Nacional de Boxeo Playa Girón, la Cruz declaró, con halo de vencedor: “Este resultado me reafirma como el líder histórico de estos campeonatos”.
Y agregó que hacerlo en el palacio de los deportes Rafael Fortún, ante los ojos de los camagüeyanos, “significa mucho pelear ante mi pueblo, ese que me vio nacer y crecer. Y es un orgullo para mí dar un buen espectáculo aquí”.
El campeón camagüeyano da constantemente muestras de fuerte preparación física y psicológica, lo que provoca contantes fallas de sus adversarios y lo hace casi imbatible. “Yo solo hago lo que sé hacer. Al final lo que triunfa es la mentalidad, la técnica y la táctica en los combates”.
El 2019 será un año de importantes convites deportivos, el equipo nacional y La Cruz, su capitán, centran las miradas en los Juegos Panamericanos, la Serie Mundial de Boxeo y el Mundial.
¿Qué es el boxeo?
-Lo que yo soy se llama el boxeo.
¿Será La Cruz, por quinta vez, campeón mundial?
–Ahora estamos enfocados en cumplir paso a paso con todas las metas propuestas, y Julio César la Cruz está preparado para vencer en todo lo que venga en 2019.
“Soy invicto, me preparo para ser invicto y el invicto es el que queda campeón. Esperen lo mejor de mí. Yo voy a buscar mi tercera corona panamericana, mi quinta mundial y la cuarta con los Domadores de Cuba. Y… Hasta la victoria siempre”.
Julio César, La Sombra, el boxeo encarnado en una vida, presagia continuar acrecentando su historia hasta hacerla imperecedera.