Andy Cruz piensa en el oro en Tokio 2020 y ser el mejor deportista del año en Cuba lo motiva

Decir Andy Cruz (12 de agosto de 1995) en el entorno boxístico mundial es referirse indiscutiblemente a uno de los mejores boxeadores libra por libra del planeta. El matancero de 24 años cuando sale del ring es un joven muy jovial, jaranero, que se gana la simpatía de todos. 

Justo de esa manera iniciamos la conversación el mejor deportista del año en Cuba:

De novato del año a mejor deportista en Cuba. ¿Cambió algo de un año a otro?

“Pienso que no cambió nada. Simplemente mantuve mis niveles de preparación, los mismos deseos de ganar, la misma energía para mantener y superar mis resultados. Gracias a Dios todo se conjugó y estoy dándole este alegrón al pueblo, a mi familia, a mi pueblo y seguidores de Alacranes, que siempre me han sido fieles. Eso es muestra de que el sacrificio no ha sido en vano. Pretendo seguir brindándole momentos de felicidad a nuestro pueblo que es tan exigente y conocedor del deporte. Así que hay Andy para rato”.

¿Sobre qué basa Andy su preparación para mantenerse a semejante nivel por más de tres años ya?

“La preparación, disciplina, entrega y el deseo de seguir creciendo. Ese espíritu ganador, la necesidad de mantener el éxito. En mi boxeo me acoplo según la pelea me lo exija. Corta, media o larga distancia. Mis extremidades y ser un 64 kg ligeramente más alto que los demás me dan ventaja en la media y larga distancia, pero mi estilo preferido es el de riposta. Es en el que más provecho le saco a mis contrarios. 

Dicen que la repetición es la madre de la enseñanza. Cuando entrenas mucho un elemento, llega el momento en que se te da o sale solo. El jab constituye uno de mis principales recursos, aunque suelo combinarlo con opers y swines en busca de combinaciones efectivas”.

¿Ejercicios que priorizas durante las sesiones de entrenamiento y sparrings más provechosos en La Finca?

“El trabajo individual al final de cada sesión son cruciales. La carrera y la suiza están entre mis ejercicios favoritos, así como la soga. Trato de llevar a la par la movilidad y la fuerza de golpeo, pues es una división en que ya los golpes se comienzan a sentir. 
Si enfrentas a los rivales y estos no se sienten tus golpes, es como si no estuvieras haciendo nada. 

Considero que los sparrings con Julio César La Cruz, Lázaro Álvarez y Roniel Iglesias son bastante provechosos para mí. Cada uno tiene su estilo peculiar de pelea, los aprovecho y así contribuyen a que me convierta en un boxeador más completo. Siempre intento seguir al pie de la letra las indicaciones de los entrenadores y hasta ahora eso me ha rendido frutos. 

Muchos creen que mi estilo es similar al de Julio y de alguna forma es cierto: me gusta esquivar, que no me golpeen cuando entro a conectar. En parte lo hago por mi madre, que es mi principal seguidora y a veces no ve mis combates difíciles porque no le gusta que me golpeen, y por la tensión que le causan”.

Andy se coronó en la Serie Mundial de Boxeo, competición en la cual extendió a 16 su cadena de victorias consecutivas sin asomo de revés, desde que debutara en febrero del 2015 frente al mexicano Brian González. 

Ese andar rutilante lo colocó en la cima del ranking divisional del torneo, luego de volver a desbancar 2-1 al kazajo Dilmurat Mizhitov en la definición. 

Igual posición le deparó el escalafón de los 64 kg de la AIBA, donde con 1 700 puntos mira por encima del hombro a los uzbekos Ikboljon Kholdarov y Fazliddin Gaibnazarov (1 300), sus más cercanos perseguidores. Redondeó su impresionante hoja de servicios con el oro en la Copa Química de Halle.

El Matador, como le conocen todos en la finca tendrá su último examen del 2018 en el Torneo Playa Girón, con sede en Camagüey, y en el que pugnarán todas las principales cartas de la preselección nacional. Para ese muchacho muy fajarín de niño y que se inició a los diez abriles en el boxeo luego de un breve paso por el karate estos 12 meses constituyeron una escala de gloria intermedia, pues no deja de pensar en la posibilidad del oro olímpico en Tokio 2020, y hacia ese objetivo enrumba sus puños.