Los rostros y cuerpos fueron captados por el lente en la localidad de Orozco, en el municipio habanero de Guanabacoa y las ciudades de Matanzas, Cárdenas, Trinidad, Jagüey Grande y Santiago de Cuba.
Un mural fotográfico donado por el artista Roberto Chile a la Casa del Caribe enaltece hoy las religiones africanas, defendidas en su autenticidad y valores identitarios por esa institución y su director-fundador, Joel James Figarola.
Ese gesto del fotógrafo y camarógrafo, entrañablemente vinculado al líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, fue parte del programa del XII Coloquio que hasta hoy rinde homenaje al antropólogo, historiador y narrador, fallecido en el 2006.
Bajo el título Somos, una palabra empleada para responder durante rituales de la regla Palomonte cuando se pregunta en positivo o negativo, son casi 100 instantáneas, tomadas por Chile durante ceremonias religiosas de la regla de Ocha o santería, babalaos y algunas del espiritismo.
Los rostros y cuerpos fueron captados por el lente en la localidad de Orozco, en el municipio habanero de Guanabacoa y las ciudades de Matanzas, Cárdenas, Trinidad, Jagüey Grande y Santiago de Cuba.
La muestra se dio a conocer en la ciudad norteamericana de Nueva York y en Alemania y, según palabras del autor, ubicarla en la Casa de las Religiones Populares de la institución santiaguera es un reconocimiento a su sostenida labor en pos de la salvaguarda y el conocimiento de ese legado.
Afirmó también que en esas imágenes está la reverencia del Comandante en Jefe al continente, hacia el cual le dedicó como estadista su solidaridad y le confirió la trascendencia en las raíces que conforman el ser cubano.
Es una mirada respetuosa y de gratitud a esos portadores, a esos hombres y mujeres practicantes de la religiosidad popular para hacer el bien, dijo el creador audiovisual en su admirada declaración hacia las personas reflejadas en el mural, realizado con adelantadas tecnologías y la maestría de Rodolfo Martínez.
El Fondo Cubano de Bienes Culturales, el banco Sabadell, la Fundación Caguayo y el proyecto Alas con Puntas, del propio Chile, auspiciaron la elaboración del mural de notables dimensiones, expresividad y colorido.