El regreso, película que la actriz dirigió junto a Alberto Luberta, se estrenó en los cines del circuito: un policiaco sin complejos que cuenta con un elenco de lujo.
Durante una década, Blanca Rosa Blanco vistió el uniforme de oficial del Ministerio del Interior en la popular serie televisiva Tras la huella. Su personaje, la mayor Mónica, fue uno de los principales atractivos de una propuesta que pulsó (y sigue pulsando) el interés del público por el policiaco nacional.
Ahora la actriz debuta como directora en una película en la que también interpreta a una detective, investigadora muy interesada de una “saga” de violaciones a mujeres jóvenes… narrada con los golpes de efecto de un género que la cinematografía nacional prácticamente no ha asumido.
“Yo no tengo complejos con el policiaco, ni con ningún otro género —comenta en la rueda de prensa en que se presentó El regreso, su ópera prima—; apostamos por una manera de contar una historia. Es una de muchas posibles. Y lo hemos hecho, eso sí, con mucha sinceridad y deseos”.
La sinopsis de El regreso seguramente llamará la atención del respetable: La detective Patricia recibe una noticia del fallecimiento en la cárcel de un hombre acusado injustamente de una violación. Viaja a Matanzas, su ciudad natal, para informar a la familia de la noticia. Empeñada en encontrar al verdadero culpable, transitará por disimiles obstáculos mientras tiene un reencuentro con un ex compañero de la academia y quien fue su gran amor.
La mesa está servida: intrigas, falsas pistas, trama amorosa, enfrentamiento de contrarios, persecuciones… todo aderezado con cierta vocación social. La película no rehúye de los códigos del policiaco más tradicional, aunque pretende no abusar de los lugares comunes.
El codirector y coguionista Alberto Luberta cree que el cine cubano ha subestimado el género, muy a pesar de sus seguidores. Hay todavía muchas historias que contar. “El asunto es no perder el pulso —asegura—, estuvimos muy al tanto durante la concepción y el rodaje”.
Para Blanca Rosa Blanca fue un reto inmenso estar al frente de un equipo integrado por jóvenes (muchos de ellos debutantes como ella) y figuras consagradas del cine cubano. Mucho más si con algunos de ellos apenas tenía una relación previa. Se apoyó mucho en Luberta, gracias a quien pudo asumir tantas responsabilidades a la vez.
“Los procesos fueron muy ricos y a veces tomé decisiones arriesgadas”. Pero en su opinión el esfuerzo valió la pena, y se siente con deseos de seguir. Tiene unos cuantos proyectos en su carpeta, aunque no quiere adelantar demasiado: no obstante, se vislumbra un proyecto creado por y con mujeres…
Siempre quedan cosas por decir, y hacer esta película se lo demostró; ella valora lo que consiguió y confía en que el filme establezca una comunicación con el público. La entusiasta reacción de los asistentes a las primeras proyecciones antes del estreno oficial (en el más reciente Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana) es sin dudas un buen augurio. “La película comienza ahora su camino en las salas de estreno, esperemos que le vaya bien” —concluye Blanco.
UN GRAN ELENCO
Contar con la interpretación de una grande como Verónica Lynn ya es una buena carta de presentación, pero en el elenco de El regreso abundan los actores hechos y derechos: Rafael Lahera, Yazmín Gómez, Yaité Ruiz, Carlos Enrique Almirante, Osvaldo Doimeadiós, Jorge Martínez…
El coprotagonista, Yadier Fernández, considera que ser dirigidos por una actriz de tanta experiencia es una suerte: “Ella sabe lo que quiere y sabe cómo pedirlo”.
No abundan las directoras en la cinematografía nacional, aunque rodar bajo las órdenes de una mujer no es una novedad para Fernández. El actor cubano, que reside en España, se desmarca por completo de ciertos rezagos machistas del investigador que encarna:
No abundan las directoras en la cinematografía nacional, aunque rodar bajo las órdenes de una mujer no es una novedad para Fernández. El actor cubano, que reside en España, se desmarca por completo de ciertos rezagos machistas del investigador que encarna:
“Las mujeres suelen tener una sensibilidad muy particular; pero en cuanto a talento y capacidad nunca he notado la diferencia”.
Cree que uno de los puntos fuertes de la película es el diseño de los personajes. “Fácil es vestir la ropa del policía, el reto es humanizar a ese policía, hacerlo creíble, una persona llena de matices y contradicciones. La película lo logra. Y no solo con los policías, también con todos los demás”.
Algunos insistirán en encontrar líneas de conexión entre la Patricia del cine y la mayor Mónica de Tras la huella. Blanca Rosa Blanco y Alberto Luberta afirman que se propusieron desmarcarse de ese primer referente. Pero de cualquier forma esta es una clara apuesta por la vitalidad de un género que la televisión nacional ha honrado mucho… y que nuestro cine muy bien podría honrar más.
