Ciencia

El 2020 ha dejado un escenario complejo para el mundo en general y en Cuba, fundamentalmente, en los ámbitos de la salud y la economía. No obstante los retos que ha supuesto la COVID-19 en todas las áreas, son significativos los saldos para la Ciencia en la Isla. En el actual calendario el Presupuesto del Estado destina el 2% de su Producto Interno Bruto (PIB) a este sector prioritario para el país.

Al intervenir este miércoles en la Mesa Redonda sobre el papel y los desafíos de la ciencia, la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), Elba Rosa Pérez Montoya, destacó que el 2020 marcó el inicio de la década para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los cuales aseguran el cumplimiento del Plan de Desarrollo hasta 2030, no solo para Cuba, sino también para el mundo con la Agenda 2030.

Precisamente, tanto los ODS como la Agenda 2030 en general tienen un sustento importante en la ciencia, la tecnología y la innovación. El CITMA, en sintonía con esa estrategia global, apostó por trabajar en función de esas grandes metas mundiales en armonía y articulación con los objetivos propios de la nación, aseveró.

La innovación como prioridad también en la gestión de gobierno

Resultaba impensable que, iniciando el 2021 tendríamos que lidiar con el impacto que ha tenido la pandemia, hecho que demandó optimizar y sacar a la luz todas las potencialidades a nivel científico.

“Justamente 2020 fue un año en que se consolidó un sistema de trabajo de gobierno innovador que, bajo la guía de nuestro presidente, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ha permitido que esa estrategia de avance de la ciencia, la tecnología y la innovación se pudiera desarrollar”.

Ese sistema de trabajo de gobierno innovador ha permitido que la ciencia se despliegue en todas sus potencialidades. Hay dos aspectos, como parte de esta experiencia innovadora, que deben ser destacados, dijo. El primero de ellos apunta a las visitas gubernamentales que realiza el Consejo de Ministros a los territorios, espacios donde no falta el intercambio de nuestros expertos, académicos, ministros y personalidades que participan de los recorridos con las universidades. Esas socializaciones -abundó- son permanentes, lo mismo sucede con los centros de investigación y con las entidades de ciencia y tecnología e investigativas.

Dicho sistema -subrayó- ha posibilitado una retroalimentación que, a su vez, ha redundado en un mecanismo de trabajo al interior del ministerio, el cual pasó de una experiencia donde predominaba la ciencia por oferta a un giro para demandar más ciencia. Por lo tanto, este sistema de trabajo innovador de gobierno acerca mucho más las necesidades que tienen los organismos y las entidades al sector donde se genera el conocimiento, de manera que se hace menos difícil avanzar hacia la búsqueda de soluciones. Clave, en esa dirección, ha sido la articulación de alianzas estratégicas.

En 2020, puntualizó, primaron los intercambios en esa gestión de gobierno con los académicos y los expertos para tratar temas trascendentales en la vida del país. Todas las semanas se sostuvieron espacios de este tipo. Un elemento que, a juicio de la ministra, dinamiza el proceso del conocimiento, su generación e introducción. Y esa práctica caracterizó el 2020.

Cuando se sistematiza todo lo que se ha logrado, tiene que ver con toda una estrategia de ir avanzando en estas cuestiones. El año recién concluido, prosiguió Pérez Montoya, “también sirvió para que nosotros rescatáramos una figura importante en el desarrollo de la ciencia: los consejos técnicos asesores y su funcionamiento en el país”.

Estos constituyen espacios clave y, al mismo tiempo, una figura importante para la actividad científica. Lamentablemente, en varios organismos y entidades no están funcionando como debían o se han presentado dificultades en su trabajo. Funcionaban con cierta formalidad. Por ello se dirigieron esfuerzos significativos a rescatarlos, comentó.

El pasado año tuvo una base, un escenario muy propicio, que coadyuvó a la consecución de importantes resultados. Entre ellos, la titular del CITMA mencionó que la comunidad científica participó activamente en la nueva Constitución de la República aprobada. Dentro de los artículos de la Carta Magna, se centró en uno que jerarquiza la actividad de la ciencia, promueve su avance y plantea la necesidad imprescindible de la ciencia y la tecnología para avanzar.

Subrayó en su intervención el Plan de Desarrollo Económico hasta 2030, que tiene varios ejes y sectores estratégicos, y uno de estos es la ciencia, la tecnología y la innovación. Por ende, el sector se apoyó en esos elementos jurídicos, gubernamentales y estatales para el avance proyectado.

El CITMA, acotó la ministra, se concentró en todo ese proceso de transformación para poder aplicar las políticas que había propuesto al país y que había comenzado a trabajar, de una manera acelerada, desde el año 2015, pero que en 2017 tuvo su esplendor. Esas políticas fueron transitando por varias explicaciones y momentos; las mismas permitieron dinamizar el conocimiento. De lo que se trataba era de acompañar, en este proceso de dinamización, la expresión práctica de esas políticas. Porque no basta hacer propuestas de políticas, tener normas jurídicas y elementos para el desarrollo de la ciencia, hasta tanto eso no tenga un impacto en el desarrollo de la nación.

Entre las políticas en cuestión, refirió la dedicada al perfeccionamiento de las entidades de ciencia, tecnología e innovación en el país. Se aprobó, además, la Política de perfeccionamiento para el sistema de Ciencia. Pudieran parecer lo mismo, sin embargo, en la primera de ellas su objetivo principal era preservar los centros de investigación, que estos mantuvieran su vitalidad, sus investigadores y proyectos. Mientras, en la que alude al sistema la prioridad era lograr esta transformación, que propiciara un mayor financiamiento para la ciencia y un cambio para el sistema de programas y proyectos en Cuba; al tiempo que diera paso un grupo de elementos de cara a facilitar, tanto la obtención de resultados como su introducción y generalización. Ese sigue siendo un reto.

Asimismo, se aprobó la política de parques científicos tecnológicos en Cuba, la de las empresas de alta tecnología, al igual que una política actualizada sobre propiedad industrial en la nación y la de los organismos genéticamente modificados, sin obviar otras de igual importancia como las referidas a los archivos y la memoria histórica, la normalización, metrología y calidad, por solo mencionar algunas de ellas.

Según precisó, el ministerio que dirige trabajó en 13 políticas encaminadas a transformar el sistema de ciencia en Cuba.

Tomando el pulso a la implementación: Los primeros resultados de las políticas aprobadas

Parque científico y tecnológico de la UCI. Foto: Héctor Rodríguez Figueredo/ Facebook.

Parque científico y tecnológico de la UCI. Foto: Héctor Rodríguez Figueredo/ Facebook.

Al abordar los resultados de la implementación de las políticas aprobadas, destacó que para satisfacción del sector se logró la creación de los dos primeros parques científicos y tecnológicos: uno en La Habana, específicamente en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) y el otro en la Universidad de Matanzas. Ambos enclavados en universidades, lo cual denota las potencialidades de las casas de altos estudios para poder desarrollar las sociedades mercantiles que acompañan esos parques, los proyectos que allí se incuban, las empresas que comienzan a generarse en los mismos, los resultados. “Las universidades son muy fuertes y, en ese sentido, han propiciado avanzar”.

De hecho, uno de los logros que permitió a la provincia yumurina convertirse en sede de las celebraciones nacionales por el Día de la Ciencia fue, justamente, la experiencia meritoria con el parque científico-tecnológico, ubicado en el campus de su universidad.

Resaltó, además, las primeras empresas de alta tecnología, “una noticia de fin de año y un proceso muy riguroso. Ambas pertenecen al Grupo Empresarial BioCubaFarma: el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) y el Centro de Biopreparados (Biocen). Al respecto, añadió que próximamente tendrán lugar los actos correspondientes para el otorgamiento de esta condición. Hay otras empresas de la biotecnología y de la industria farmacéutica que también están optando por esa categoría y se evalúan los resultados a esos efectos.

Tenemos ya las dos primeras empresas de interface del país, una en la CUJAE y la segunda en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, donde se han empezado a dar una serie de pasos importantes.

“No nos contentamos con hacer solo las políticas, sino que ya las políticas van teniendo una expresión práctica”, enfatizó. Lo que tal vez tengamos que avanzar ahora en que los impactos puedan ser compartidos en la geografía nacional, desde el punto de vista de cómo cierran  los ciclos de investigación y cuáles son los proyectos principales que tienen. Seguir avanzando en esa dirección es una cuestión importante.

Los resultados que hoy se exhiben han sido posible, acentuó Pérez Montoya, gracias a que la nación “ha designado un financiamiento notorio para la actividad de ciencia, tecnología e innovación”.

Sobre este particular, compartió un dato ilustrativo de la atención prioritaria que Cuba le ofrece a este ítem: entre el año 2000 y el 2019 ha habido un incremento de financiamiento en gastos corrientes para la ciencia de 250,6 millones a 699 millones de pesos. Estamos hablando de un incremento importante que ha podido acompañar ese proceso de desarrollo, aseveró.

En tanto, el aporte de las empresas para la ciencia creció de 84,9 millones (63%) a 253 millones.

Al referirse al financiamiento, Pérez Montoya destacó que el país ha planteado incentivar la existencia de los destinos de las utilidades después de los impuestos, el desarrollo de investigaciones, así como incentivar el despliegue de empresas mixtas en el exterior.

La ministra del CITMA enfatizó en la necesidad de ver la ciencia como una inversión y no como un gasto.

“La innovación es un reto, algo en lo que permanentemente vamos a estar insistiendo porque la innovación da soberanía, permite que el conocimiento generado por todo el sector, por todas las universidades, se utilice en la práctica, y en ese sentido, nuestro Ministerio utilizará todas sus potencialidades para seguir avanzando en esa dirección”, afirmó la titular.

¿Cómo marcha la innovación en Cuba?

Innovación

En su intervención en la Mesa Redonda, el director de Tecnología e Innovación del CITMA, Ruberdanis Tamayo Portales, aseveró que “la innovación está en el centro del desarrollo económico y social de nuestro país, tal y como nos hemos previsto en los objetivos y los ejes estratégicos”.

Tamayo Portales se refirió, asimismo, a los principios dinamizadores de la innovación, entre los cuales destacó la transferencia tecnológica, la interacción entre los actores para lograr un sistema de innovación, y la creación de redes de innovación proactivas para estimular la demanda de conocimientos.

En ese sentido, el directivo del CITMA expuso como otros principios la necesidad de lograr una cultura de innovación, la formación de capital humano, la inserción de la innovación en las cadenas productivas y de valor, el fortalecimiento de las organizaciones de interface, unidades de desarrollo e innovación, así como potenciar la innovación como instrumento estratégico para el desarrollo local.

“La creatividad de los colectivos laborales es fundamental. Nosotros hemos trabajado durante mucho tiempo con la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), y todo el entramado social que está desde los centros productivos y de servicios con su entorno y comunidad. Si esa fuerza laboral no está preparada ni tiene una cultura de esa interacción y aprovecha los espacios del financiamiento mixto que se está reconociendo con las potencialidades del desarrollo, no vamos a lograr el objetivo que nos hemos propuesto en el Plan de Desarrollo Económico y Social”.

Por otro lado, Tamayo Portales ejemplificó varias innovaciones que demuestran que en el país se está trabajando en dicha esfera. Entre ellas se refirió a la Estación Experimental “Indio Hatuey” en Matanzas, donde existe un paquete tecnológico que sustituye insumos importados a partir de técnicas agroecológicas, técnicas de silvopastoreo, la utilización de plantas proteicas y el ensilaje en la ganadería, al tiempo que incluye la capacitación y seguimiento por el sistema de innovación local.

“Las buenas experiencias de la Estación Experimental ha permitido que en 65 fincas de productores se emplee esta tecnología y los resultados se ven expresados en indicadores económicos territoriales”.

Asimismo, el directivo del CITMA comentó el trabajo que se realiza en Pinar del Río en el sistema de control automático de luminarias en naves avícolas por la UEB Desarrollo e Innovación de la Empresa de Componentes Electrónicos, subordinada al Grupo de la Industria Electrónica, la Informática, la Automatización y las Comunicaciones, GELECT.

“Ello ha tenido un impacto positivo en el incremento en la producción de huevos y el ahorro de electricidad, aportando a dos sectores estratégicos reconocidos en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social”.

En Artemisa, destacó las tecnologías con orientación agroecológica para la producción y utilización de los frutales en Cuba, de la Unidad Científica Tecnológica de Base en Alquízar.

Por su parte, Tamayo Portales manifestó que en Villa Clara, la Planta de Cemento Bajo Carbono con administración conjunta con la Empresa Geólogo Minera y la Universidad, demuestra que “hay que crear capacidades para poder desarrollar la innovación”.

Asimismo, ejemplificó la tecnología en estudios de efectos antrópicos en la contaminación ambiental en Mayabeque. En el caso de Cienfuegos se creó un software para las mediciones radiográficas de la cadera del lactante en el diagnóstico de la displasia del desarrollo de la cadera, en el Hospital Pediátrico Universitario “Paquito González Cueto”.

El director de Tecnología e Innovación del CITMA reconoció el proyecto de Ecomadera Cubana en el municipio Cabaiguán, en Sancti Espíritus. Se trata de una forma de gestión no estatal, un proyecto que incorpora los desechos de plástico y los convierte en productos de madera.

“Se demuestra que las nuevas formas de gestión de la economía también aportan al esquema innovador del sistema que se está desarrollando en estos momentos”, dijo.

En Ciego de Ávila, destacó el mejoramiento del paquete tecnológico vigente en la cadena productiva de piña MD2, de la Universidad de Ciego de Ávila y la Empresa Agroindustrial Ceballos.

Tamayo Portales expuso el Enrollador Cubano 90-300 (50 máquinas) en Granma, provincia que cuenta con 60 enrolladores instalados en la agricultura en 325 hectáreas, con alta eficiencia, de la Empresa Mecánica Bayamo.

En Holguín, dijo, se formuló un método vibratorio en fundidos metálicos ferrosos y no ferrosos, con la creación de una línea de producción industrial de fundidos de calidad exportable de hierro gris con grafito esferoidal.

Asimismo, el directivo manifestó el aporte de los bioproductos en la innovación, las mejoras en los radares meteorológicos, la aplicación Transfermóvil, así como el diagnosticador cubano para la extracción magnética de ARN con Nanotecnología, entre otros.

Al finalizar la Mesa Redonda de este miércoles, la ministra del CITMA, Elba Rosa Pérez Montoya, afirmó que se han establecido cinco prioridades para el 2021. La primera es seguir fomentando la cultura de innovación en el país.

“Cada vez que tengamos delante la necesidad de resolver un problema, del tipo que sea, pensemos desde la actividad científica, usemos el método científico y apliquemos la innovación”.

Otra de las prioridades es seguir desarrollando los recursos humanos y las potencialidades para avanzar en las entidades de ciencia y tecnología y en el sector empresarial.

“La tercera cuestión es las potencialidades de nuestras universidades y centros de investigación”, dijo, y llamó a seguir avanzando en ese sentido en todos los territorios.

Asimismo, la titular expuso la prioridad que existe en ampliar el impacto de resultados ya obtenidos, así como continuar movilizando el potencial humano, como fuerza vital para el desarrollo sostenible.

“Estamos apostando en el año 2021 a seguir desarrollando una ciencia, una tecnología y una innovación responsables. Y para nosotros la ciencia y la tecnología responsables es aquella que, con todos sus científicos, da respuesta con valores, expectativas y soluciones a las necesidades de la nación”, concluyó Pérez Montoya.

En video, la Mesa Redonda