Estudiantes de la UCI

“La Ciencia cubana, cúspide de nuestros empeños por desarrollar al país -desarrollando en primer lugar el natural talento de nuestro pueblo- escribe cada día una página más hermosa de consagración, creatividad y aportes a la obra colectiva”.

Las palabras del presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en su cuenta oficial de Twitter, resultaban entonces un mensaje de felicitación a los trabajadores de la Ciencia cubana en su día.

Pero, lo cierto es que no hay que esperar a que llegue el 15 de enero para enaltecer a quienes desde las más disímiles tareas han sabido poner bien alto al sector de la ciencia en Cuba. Una condición que lleva en sí el nombre de Fidel Castro.

De este modo, cuando se vive a plenitud el desafío que encierra la actualización del modelo económico cubano, entendemos que “muchos de los complejos problemas que tiene el país solo podrán ser resueltos a través de la ciencia y la innovación”.

Y en este propósito destaca el trabajo del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), organismo cubano encargado de dirigir, ejecutar y controlar la política del Estado y el Gobierno en materia de ciencia, tecnología, medio ambiente, propiciando la integración coherente de estas en el desarrollo sostenible del país.

Por eso hoy, en completa sintonía con los nuevos aires la institución entre sus objetivos fundamentales tiene la obligación de proponer y evaluar la estrategia y las políticas científica y tecnológica en correspondencia con el desarrollo económico y social del país, estableciendo los objetivos, prioridades, líneas y programas que correspondan y dirigir y controlar su ejecución.

Se infiere entonces su inmersión directa cuando al filo de los más importantes debates se reflexiona sobre la relación entre las universidades y empresas, de forma tal que la ciencia sea una inversión y no un gasto.

Recientemente se celebró en La Habana el balance anual de los Ministerios de Comunicaciones, Ciencia y Comercio Interior. En este marco, en declaraciones oficiales a la revista Bohemia, Elba Rosa Pérez Montoya, ministra de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, aclaró que hasta el momento se había aprobado 11 políticas para el perfeccionamiento del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación en el país; una de ellas asociadas a la relación entre universidades, centros científicos y empresas.

La ciencia universitaria es valorada por su capacidad para influir en la transformación del entorno y en que la sociedad disponga de mayor bienestar.

LA INNOVACIÓN EN LA UNIVERSIDAD CUBANA

Desde el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, quedaron definidos varios lineamientos de los cuales los más significativos en relación con este tema, son el 141, 982, 1063 y el 1224 orientados a perfeccionar el sistema de ciencia e innovación, con clara referencia a las universidades.

Según Pérez Montoya, esta relación debe contribuir al cierre del ciclo de investigación, desarrollo y producción, y a generar encadenamientos productivos. Se ha decidido que se implemente por un año a modo experimental, a cargo del Ministerio de Educación Superior (MES), teniendo en cuenta que es en las universidades donde se desarrolla la mayor parte de las investigaciones, además de contener en ellas centros de estudios y personal científico.

Sobre esta línea de pensamiento, se ubican los Documentos Metodológicos para la Organización de la Ciencia Tecnología e Innovación (CTI) en las universidades del MES, estatutos donde se trazan la política para el fortalecimiento de la ciencia, la tecnología, la innovación y la formación doctoral en el sistema, así como, los objetivos estratégicos hasta 2021 del Ministerio con sus respectivas indicaciones metodológicas.

De esta forma, quedan establecidos, también; el reglamento del consejo científico para las universidades; el sistema de Premios a los resultados del trabajo de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación del MES; la propuesta de indicadores para estimar la eficiencia de la actividad de investigación desarrollo e innovación y formación doctoral; la RESOLUCION No. 22 /16. Referida al Sistema Interno de Propiedad Industrial (SIPI) del Ministerio de Educación Superior; el Reglamento para la implantación del Sistema Interno de Propiedad Industrial, y las Normativas para registrar y reportar las publicaciones científicas 2017.

Una vez señaladas estas directrices de trabajo compete al CITMA la responsabilidad de conducir esta política y validarla una vez que sea aprobada en el consejo de Ministro.

Desde la experiencia, “una de las formas en que se implementa esta política es el establecimiento de parques científicos-tecnológicos. Hoy solo existe uno en el país, ubicado en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI). Este convive con la casa de altos estudios y a la vez, alberga empresas y otros centros productivos que aplican y desarrollan las investigaciones generadas en esta institución universitaria”, abunda Elba Rosa Pérez Montoya.

“Los parques científicos- tecnológicos están llamados a dinamizar, promover y aplicar los resultados de estudios de forma más rápida, y por ende a cerrar el ciclo de investigación-desarrollo-innovación, además de la comercialización de los productos generados”, enfatizó.

La ministra además brindó especial atención al hecho de que la gama de especialidades está abierta por lo que no se debe prestar solo atención al desarrollo desde la industria biotecnológica y biofarmacéutica, pues hoy el país tiene condiciones para avanzar en las tecnologías de la informática y las comunicaciones, así como en sectores de la industria y las energías renovables.

Finalmente, “el establecimiento de los parques también ayuda al posicionamiento a nivel internacional, porque implica la existencia de un personal altamente calificado, la aplicación de buenas prácticas higiénico-sanitarias y la certificación de nuestros laboratorios según las normas internacionales. Esto se traduce en competitividad, excelencia y la posibilidad de exportación de nuestros bienes y servicios”.

Podemos decir que una vez que la relación universidad y empresa sea cada vez mayor, posibilitará la trasmisión de tecnologías y el empleo de recursos mutuos, y se establecerán unidades docentes totalmente equipadas, a fin de que cuando el joven se gradúe ya tenga una idea de la práctica productiva cotidiana, asegura Pérez Montoya.

A su vez –resalta-  serán siempre bienvenidas las buenas ideas desde el estudiantado, las cuales aportarán a la innovación y a la industria de alta tecnología, motor impulsor del desarrollo y el producto interno bruto (PIB) de países como Cuba, carente de muchos recursos naturales.

Por eso, Nuestra República prioriza el apoyo a todo el conocimiento, sea ciencia, tecnología e innovación que la beneficie directa o indirectamente. Y cuando ha sido refrendada la nueva constitución, por el voto positivo de seis millones 816 mil 169 cubanos, recordemos que desde el artículo 32, inciso f) de la carta magna, que libremente aprobamos los cubanos, se expresa que “la actividad creadora e investigativa en la ciencia es libre”.